El ciudadano libre como límite y fundamento de la política en Ecuador y Chile

ECUADOR
1. ¿Qué se votaba exactamente?
El domingo 16 de noviembre los ecuatorianos respondieron cuatro preguntas:
- Pregunta A (referéndum)
- Eliminar la prohibición constitucional de instalar bases militares extranjeras o ceder bases nacionales a fuerzas armadas extranjeras.
- Pregunta B (referéndum)
- Eliminar el financiamiento estatal a los partidos y movimientos políticos.
- Pregunta C (referéndum)
- Reducir drásticamente el número de asambleístas (de unos 151 a 73, con un nuevo esquema de representación).
- Pregunta D (consulta popular / plebiscito)
- Convocar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, que luego debería ser aprobada en otro referéndum.
El paquete completo significaba, en la práctica, reconfigurar el sistema político ecuatoriano: cambiar reglas del juego de defensa, financiamiento político, estructura del Legislativo y eventualmente reemplazar la Constitución de 2008.
2. Resultados: triunfo claro del “NO”
Con más del 85–99 % de las actas escrutadas, todos los reportes coinciden en lo esencial:
- El “NO” ganó en las cuatro preguntas, tanto en el referéndum (A, B, C) como en la consulta popular (D).
- Las diferencias entre el “NO” y el “SÍ” varían según la pregunta, pero los datos oficiales del CNE indican que van de unos 6 hasta más de 20 puntos porcentuales a favor del NO.
- La participación fue muy alta: alrededor de 80 % de los habilitados, con ausentismo cercano al 20 %, algo que el propio CNE destacó.
3. Lectura política: el primer gran revés de Noboa
Varios medios –incluido El País y la prensa ecuatoriana– coinciden en que esto constituye el primer gran revés electoral del presidente Daniel Noboa desde que asumió.
Algunas claves:
- El Gobierno apostó fuerte
Noboa buscaba legitimar, vía plebiscito, un giro de fondo:- Atar su política de seguridad y “mano dura” a la posibilidad de cooperación militar extranjera.
- Reducir el sistema de partidos y de representación parlamentaria.
- Abrir la puerta a una refundación constitucional vía Asamblea Constituyente.
- La ciudadanía separó seguridad de Constitución
Aunque Noboa conserva niveles relativamente altos de popularidad personal, el voto mostró que apoyar la lucha contra el crimen no implica dar un cheque en blanco para cambiar la Constitución. - Desconfianza y cansancio constitucional
Ecuador lleva ya 20 constituciones desde 1830 y ha recurrido a consultas y referendos con mucha frecuencia en las últimas décadas.
Este historial alimenta la idea de que la ciudadanía está cansada de reformas constitucionales recurrentes y ve en la Constituyente un riesgo de inestabilidad o concentración de poder. - Contexto económico y social adverso
El voto se da en un entorno de:- Crisis de seguridad con violencia criminal en máximos históricos.
- Problemas graves en hospitales públicos, eliminación de subsidios (diésel), descontento social frente a medidas económicas y fuerte militarización.
- Para una parte del electorado, apoyar la consulta podía interpretarse como premiar una gestión cuestionada, por más que el discurso oficial insistiera en que la reforma era “la solución”.
El resultado, en suma, es leído como un “basta” ciudadano a la agenda de reformas de Noboa, más que como un apoyo a un bloque político alternativo específico.
4. ¿Quién gana y quién pierde?
Pierde:
- El Gobierno de Noboa y su movimiento ADN
- Queda debilitado políticamente, con menos margen para impulsar cambios estructurales.
- Su estrategia de utilizar la democracia directa para legitimar un rediseño institucional sale muy golpeada.
Ganan (al menos simbólicamente):
- Los partidos y movimientos opositores (correístas, izquierdas, indígenas, sindicatos y también sectores de derecha que desconfiaban de la Constituyente).
Muchos construyeron el relato de que el “NO” era un freno al posible autoritarismo y a la concentración de poder. - El sistema de partidos y la Asamblea actual
- Continúan el financiamiento público y el tamaño actual de la Asamblea, pese a su baja reputación.
- El mensaje ciudadano parece ser: “no nos gusta el sistema, pero tampoco aceptamos esta fórmula de cambio propuesta desde arriba”.
5. Escenarios y desafíos a corto plazo
- Gobernabilidad
- Noboa deberá gobernar con la Constitución vigente y con una Asamblea que no se reduce, buscando acuerdos más clásicos y menos plebiscitarios.
- El rechazo puede forzarle a moderar la agenda y a negociar reformas puntuales, en vez de cambios de diseño total.
- Reconfiguración del discurso oficial
- El Gobierno ya ha dicho que “respeta la voluntad del pueblo” y que seguirá adelante “con las herramientas actuales”.
- Pero en los hechos, la derrota obliga a recalibrar la narrativa de “refundación” y concentrarse en resultados concretos en seguridad, salud y economía.
- Oposición y calle
- La oposición (especialmente el movimiento indígena y sectores de izquierda) siente que el resultado legitima su crítica a Noboa y puede intentar capitalizar este impulso en futuras elecciones.
- Democracia directa bajo la lupa
- Este ha sido el décimo referéndum nacional en dos décadas; la derrota puede abrir un debate sobre el uso estratégico (y a veces instrumental) de consultas populares para resolver disputas políticas que podrían canalizarse por vías ordinarias.
6. En resumen
- Ayer, 16 de noviembre de 2025, los ecuatorianos dijeron NO a todas las reformas planteadas por el presidente Noboa.
- El resultado combina desconfianza en la propuesta concreta, cansancio frente a cambios constitucionales sucesivos y malestar con la situación social y económica.
- No es un “plebiscito a favor” de una oposición unificada, pero sí un llamado de atención muy fuerte al Ejecutivo, que ahora deberá gobernar con menos capital político y sin la herramienta de una asamblea constituyente.
CHILE
Lo central de las elecciones de ayer en Chile es esto: Jeannette Jara (izquierda, PC / Unidad por Chile) salió primera, José Antonio Kast (derecha radical / Partido Republicano) segundo, y van a balotaje el 14 de diciembre. Ninguno superó el 50%, así que nada está definido todavía.
1. Qué se votó y qué resultados dejó
Ayer, domingo 16 de noviembre de 2025, Chile tuvo elecciones generales:
- Presidenciales (primera vuelta)
- Parlamentarias: renovación total de la Cámara de Diputados y parcial del Senado.
Con el escrutinio prácticamente completo (en torno al 99,9 %), las cifras presidenciales se ordenan así:
- Jeannette Jara (Unidad por Chile, comunista / oficialismo): ~26,8 %
- José Antonio Kast (Partido Republicano, derecha radical): ~23,9 %
- Franco Parisi (Partido de la Gente, populista / outsider): ~19–20 %
- Johannes Kaiser (libertario de extrema derecha): ~14 %
- Evelyn Matthei (derecha tradicional, UDI): ~12–13 %
- Otros candidatos de izquierda y extrema izquierda: porcentajes menores (en torno al 1–2 %).
Además:
- Participación altísima: cerca del 85 % del padrón (unos 13,4 millones de votantes), la más alta registrada en elecciones chilenas modernas, favorecida por voto obligatorio + inscripción automática.
En el Congreso:
- El Partido Republicano de Kast se convierte en una de las fuerzas más grandes de la Cámara de Diputados (alrededor de 31 diputados).
- El Partido de la Gente de Parisi irrumpe con fuerza (unos 14 escaños), fragmentando aún más el escenario.
- En el Senado, la derecha no logra una mayoría clara (se queda en torno a 18 de 50 escaños), lo que mantiene un cierto equilibrio institucional.
2. Mapa político que dejan los resultados
a) Un país que vota masivamente a la derecha, pero con izquierda en primera minoría
Si se suman las candidaturas de Kast, Kaiser, Matthei y buena parte del discurso de Parisi, los analistas hablan de que alrededor de un 60–70 % del voto se fue a opciones de derecha o centroderecha.
Sin embargo:
- La primera mayoría individual es de Jara, lo que mantiene vivo el proyecto de continuidad (aunque corregida) del gobierno de Gabriel Boric.
- El Parlamento resultante no es un “cheque en blanco” para ninguno: Congreso fragmentado, un Ejecutivo por definirse y necesidad de pactos.
b) La gran sorpresa: Franco Parisi otra vez
Franco Parisi:
- Vuelve a ser el gran “tapado”, con cerca de 20 % y un voto muy fuerte en sectores desencantados, especialmente en el norte del país.
- Capitaliza:
- anti-partidismo,
- enojo con la clase política,
- y demandas duras en seguridad, orden y economía.
Su bolsa de votos es ahora uno de los botines decisivos de cara a la segunda vuelta: tanto Jara como Kast necesitan atraer a ese electorado volátil.
3. Claves de lectura: qué está diciendo el electorado chileno
1) Seguridad, migración y orden público en el centro
Los analistas coinciden: la agenda de seguridad y migración pesa muchísimo.
- Kast propone:
- mano muy dura contra el delito,
- nuevas cárceles de máxima seguridad,
- deportaciones más agresivas,
- recortes del gasto público por unos 6.000 millones de dólares.
- Jara combina:
- continuidad de políticas sociales del oficialismo,
- un “ingreso vital” cercano a US$ 810,
- énfasis en empleo, protección social y lucha contra el lavado de dinero como forma de combatir la criminalidad.
El mensaje del electorado parece ser:
“Queremos más seguridad y orden, pero también protección social; y no estamos contentos con cómo se han manejado las cosas hasta ahora.”
2) Castigo relativo al gobierno, pero no derrumbe
- El gobierno Boric llega a la elección con desgaste: frustración por el proceso constitucional fallido, problemas de seguridad, economía tensa.
- Aun así, Jara logra encabezar la primera vuelta, pero con un resultado que muchos califican de “pobre” para una candidata oficialista, dada la fragmentación de la derecha.
Es más un “voto de advertencia” que un respaldo fuerte a la continuidad.
3) Voto obligatorio: más gente, más ruido
El voto obligatorio cambia el guion:
- Entra a las urnas gente que habitualmente se abstiene.
- Esto amplifica el peso de:
- sectores populares descontentos,
- votantes poco ideologizados,
- electores “anti-sistema”.
Y eso ayuda a explicar tanto el buen resultado de Parisi como la fuerza agregada de la derecha.
4. Escenario hacia el balotaje del 14 de diciembre
Jeannette Jara (izquierda, oficialismo)
Fortalezas:
- Es la primera mayoría y representa la continuidad institucional del ciclo progresista desde 2014 (Bachelet, Boric).
- Aglutina una coalición amplia: comunistas, Frente Amplio, socialdemócratas, sectores democristianos.
Debilidades:
- Carga con el desgaste del gobierno Boric, especialmente en seguridad y costo de vida.
- Necesita conquistar simultáneamente:
- centro moderado,
- parte del voto Parisi,
- y votantes desencantados de izquierda que se quedaron en opciones marginales.
José Antonio Kast (derecha radical)
Fortalezas:
- Está bien posicionado para unificar al electorado de derecha y centroderecha: votantes de Matthei, Kaiser, parte del mundo empresarial y conservador.
- El clima de preocupación por seguridad y migración le es favorable.
Debilidades:
- Su imagen de ultraderecha “sin complejos” puede generar rechazo en segmentos moderados, especialmente jóvenes y sectores urbanos progresistas.
- Podría enfrentarse, en caso de ganar, a un Congreso fragmentado y no plenamente alineado, lo que condicionaría su agenda.
El “voto Parisi” y el “voto descontento”
La gran duda de todos los análisis:
¿A dónde irán los casi 20 puntos de Parisi y el voto más anti-sistema?
- Algunos creen que tienden más a Kast por el tono antipolítico y el énfasis en orden.
- Otros subrayan que se trata de un voto muy volátil, que también podría abstenerse, votar nulo o ser captado parcialmente por Jara si plantea un discurso anti-élite convincente.
5. Qué nos dice esto de Chile hoy
En conjunto, la elección muestra:
- Un país polarizado, pero no partido en dos mitades iguales, sino con:
- una primera minoría de izquierda,
- una derecha muy fuerte y diversificada,
- un gran bolsón de voto “anti-establishment”.
- Instituciones que siguen funcionando:
- votación masiva,
- Servel y escrutinio rápidos y reconocidos,
- aceptación general de los resultados.
- Agenda 2026–2030 en disputa en torno a tres ejes:
- seguridad / orden,
- modelo económico y social (más estado de bienestar vs. recortes y flexibilización),
- rol del Estado y los derechos sociales en un contexto post-“estallido social” y post-proceso constituyente fallido.

ANALISIS DE LIBERTAS SOBRE AMBAS INSTANCIAS DEMOCRATICAS
Ecuador: un NO que suena a “límites al poder”
En Ecuador, la ciudadanía rechazó las cuatro propuestas de Noboa:
- bases militares extranjeras,
- eliminación del financiamiento estatal a partidos,
- reducción drástica de la Asamblea,
- y convocatoria a una Asamblea Constituyente.
a) Libertad y República: no a los cheques en blanco
Desde LIBERTAS, el resultado tiene una lectura republicana fuerte:
- El pueblo ecuatoriano le dijo al Ejecutivo:
“Lo que está en juego es nuestra seguridad, pero no vamos a entregarte la Constitución como moneda de cambio.” - Se frena la tentación de un “poder constituyente permanente”, esa lógica de refundar el país cada vez que un gobierno se siente fuerte o acorralado.
- Se preserva el financiamiento público a partidos, que —con todos sus defectos— es un mecanismo de pluralismo frente al caudillismo financiado por dinero opaco.
Es un NO a una forma de populismo plebiscitario: apelar al miedo (el crimen, el caos) para pedir una especie de “estado de excepción constitucional permanente”.
b) Democracia: la gente quiere seguridad, pero con reglas
Ecuador vive una crisis de violencia brutal. Sin embargo, cuando se le plantea al ciudadano el dilema “seguridad + cambio total de reglas” o “seguridad dentro del marco existente”, el resultado fue claro:
seguridad sí, pero sin dinamitar los contrapesos republicanos.
Eso es una señal de madurez democrática:
- La gente distingue entre apoyar la lucha contra el crimen y entregar un cheque en blanco para reescribir la Constitución.
- El voto se vuelve un freno a la concentración de poder, no un aplauso automático al líder de turno.
c) Proyección para el pueblo ecuatoriano
Desde la visión de LIBERTAS, el mensaje es doble:
- Advertencia al gobierno:
- La legitimidad ya no vendrá de grandes “epopeyas constituyentes”, sino de resultados concretos en seguridad, economía y servicios básicos.
- Si el gobierno insiste en la vía hiperpresidencial, el rechazo de ayer será solo el primer síntoma de una ruptura mayor.
- Riesgo y oportunidad para la sociedad:
- Si las cosas no mejoran, el espacio que ahora se le negó a Noboa puede ocuparlo un populismo todavía más radical, de izquierda o derecha.
- La oportunidad está en reconstruir partidos, tejido social y cultura cívica, para que la salida no sea siempre “una nueva Constitución”, sino una República que funcione.
Chile: democracia robusta, pero en una encrucijada polarizada
En Chile, la primera vuelta dejó a Jeannette Jara (comunista, oficialismo) primera y a José Antonio Kast (derecha radical) segundo; irán a balotaje. La participación fue altísima bajo voto obligatorio, y en conjunto alrededor del 60–70% del electorado apoyó opciones de derecha o centroderecha.
a) Democracia: un sistema vivo, pero tenso
Desde LIBERTAS, hay dos hechos positivos y uno preocupante:
- Positivo 1 – Instituciones funcionando
- Elección limpia, alta participación, resultados aceptados.
- La democracia procedimental chilena sigue siendo robusta.
- Positivo 2 – Ciudadanía protagonista
- El voto obligatorio trae de vuelta a millones de ciudadanos que estaban fuera del sistema.
- La política ya no se decide solo entre minorías hiperpolitizadas.
- Preocupante – Polarización extrema
- El balotaje es entre una candidata comunista y un candidato de extrema derecha.
- Eso convierte la elección en un plebiscito emocional sobre miedos e identidades, más que en una deliberación serena sobre políticas públicas.
La Democracia está fuerte en sus formas, pero bajo presión en sus contenidos: se corre el riesgo de que la mitad del país sienta que pierde “todo” si gana el otro.
b) Libertad y República: alertas de ambos lados
Desde la mirada de LIBERTAS, el dilema chileno no es “Libertad vs. Autoritarismo” en blanco y negro, pero sí hay señales de alarma en ambos polos:
- Riesgos si se consolida un proyecto de extrema derecha:
- Relecturas complacientes de la dictadura de Pinochet,
- tentación de mano dura sin límites,
- tensión con libertades civiles y derechos de minorías,
- uso del miedo (delito, migración) para justificar recortes de garantías.
- Riesgos si se consolida un proyecto de izquierda constitucionalmente hegemónica:
- tentación de usar el Estado para una ingeniería social penetrante,
- presión fiscal y regulatoria que, si no se equilibra, termina asfixiando libertad económica y autonomía ciudadana,
- riesgo de confundir mayoría electoral con derecho a capturar instituciones.
La República —como régimen de límites, controles y división de poderes— es la que debe poner bordes a esos impulsos.
c) Proyección para el pueblo chileno
Lo que está en juego en Chile, leído desde LIBERTAS:
- No es solo quién gobierna 4 años, sino el tono del pacto social 2026–2030.
- Chile necesita un “Pacto Republicano por la Libertad” gane quien gane:
- compromiso explícito con Derechos Humanos y Estado de derecho,
- respeto a la oposición y a la prensa crítica,
- una agenda de seguridad sin militarización permanente ni excepcionalidad normalizada,
- una economía abierta pero con redes de protección social sostenibles y transparentes.
Si el próximo gobierno busca “arrasar” con la mitad contraria, Chile puede entrar en ciclo de péndulo feroz: cada mayoría convertida en máquina para deshacer lo anterior. Eso siempre termina erosionando la Libertad y la República.
3. Un mismo mensaje desde dos pueblos: “queremos orden, pero con límites”
Mirados juntos, Ecuador y Chile dejan tres lecciones centrales para una lectura LIBERTAS:
- Rechazo a los cheques en blanco
- En Ecuador, el NO frenó una operación de rediseño profundo de las reglas del juego.
- En Chile, la gente vota masivamente pero reparte el poder: el Congreso seguirá fragmentado, obligando a negociar.
El mensaje común: “queremos cambios, pero no queremos que nadie domine todo el tablero.”
- Seguridad, sí; autoritarismo, no
- En ambos países, la inseguridad y la crisis social están en el centro.
- Pero la ciudadanía no ha entregado aún la llave de la casa a ningún proyecto claramente iliberal.
- Hay un espacio enorme para una “seguridad democrática”: firme frente al crimen, firme también frente a los abusos del poder estatal.
- Agotamiento de la política de la “refundación permanente”
- Ecuador dice basta a otra Constituyente.
- Chile ya vivió dos procesos constitucionales frustrados y ahora discute sobre gobierno, no sobre nuevo texto.
Los pueblos parecen intuir algo muy republicano:
cambiar la Constitución cada pocos años no es modernizar la democracia; muchas veces es debilitarla.
LIBERTAS en defensa de la Libertad, la Democracia y la República
- Defender la Libertad sin ingenuidad
- Libertad no es solo “menos Estado”; es también menos miedo, menos clientelismo, menos dependencia del caudillo.
- Un ciudadano con miedo permanente (al crimen o al hambre) es fácil de manipular políticamente.
- Cuidar la Democracia más allá de las urnas
- Votar es el primer paso, no el último.
- Hace falta educación cívica, mediática y digital para que la gente distinga entre información y manipulación, entre crítica y odio, entre discrepancia y deshumanización del adversario.
- En tiempos de algoritmos —esa “cortina de silicio” que tú mismo has señalado—, el voto informado es un acto de resistencia.
- Reafirmar la República como dique a todos los extremismos
- División de poderes, jueces independientes, medios libres, controles al Ejecutivo:
todo eso no es tecnicismo jurídico, es la coraza de la persona frente al poder. - En Ecuador, el NO ha reforzado esa coraza; en Chile, el balotaje será una prueba de si la sociedad exige a ambos finalistas comprometerse con ella.
- División de poderes, jueces independientes, medios libres, controles al Ejecutivo:

Reflexión final:
La primera enseñanza que dejan Ecuador y Chile, desde una mirada doctrinal de la Libertad, es que ningún poder merece cheques en blanco, ni siquiera si se presenta como salvador frente al caos. En Ecuador, la ciudadanía rechazó una propuesta que pretendía reescribir las reglas del juego bajo la presión del miedo y la urgencia; en Chile, el mapa político se abre en dos polos fuertes obligados a respetar un Congreso fragmentado y una sociedad vigilante. En ambos casos, el mensaje de fondo es profundamente liberal-republicano: la Libertad no se entrega a cambio de promesas de orden, ni se hipotecan las garantías constitucionales a nombre de la seguridad o de la justicia social. La persona libre se reserva siempre el derecho de decir “hasta aquí”, incluso al gobernante que eligió.
Desde la perspectiva de la Democracia, lo que han hecho ecuatorianos y chilenos es recordar que la soberanía popular no consiste en aplaudir, sino en poner límites. La Democracia madura no es el entusiasmo de una mayoría que se deja embriagar por un líder, sino la capacidad de corregir, frenar y rectificar cuando la ambición de poder o el fanatismo ideológico amenazan con devorar las instituciones. Ecuador, al decir NO a una nueva refundación, afirma que la estabilidad constitucional es un bien que también se protege con el voto. Chile, al combinar alta participación con un resultado polarizado pero institucionalmente encuadrado, demuestra que la urna puede ser un espacio de disputa intensa sin romper el marco republicano. En los dos países, el pueblo ha recordado que el voto no es un rito vacío, sino un acto de responsabilidad histórica.
Por eso, desde el espíritu de LIBERTAS, esta hora latinoamericana debe leerse como un llamado a reconstruir una cultura de Libertad y Democracia que no dependa de salvadores ni de proyectos absolutos. La Libertad exige ciudadanos capaces de desconfiar tanto del autoritarismo de derecha como del autoritarismo de izquierda; la Democracia exige pueblos que prefieran instituciones fuertes antes que líderes fuertes. Ecuador y Chile se encuentran en la encrucijada: pueden convertir estos resultados en una oportunidad para fortalecer la República –con límites claros, controles recíprocos y respeto irrestricto a los derechos humanos– o pueden dejar que el péndulo de la polarización siga golpeando, cada vez más fuerte, los pilares de sus sistemas. La doctrina de la Libertad y la Democracia nos obliga a tomar partido: siempre del lado del ciudadano frente al poder, siempre del lado de la República frente a cualquier intento de dominio total.
