Es una frase estupenda sobre la crianza de los hijos.
Como padres, no tenemos en nuestra mano el destino de nuestros niños.
Son ellos quienes lo van descubriendo en cada paso.
Son ellos quienes guiados por la curiosidad, dan de pronto con esa “estrella” que se convierte en su guía y en su proyecto vital.
Es una ratificación de la libertad individual que todo ser humano tiene por su propia condición de tal
Por tanto, dejemos que caminen a su ritmo, transitando por la dirección que ellos mismos elijan cuando sea el momento.
Nuestra misión será solo la de acompañar, amar y ser su mejor apoyo.