Reproducimos a continuación un artículo publicado por INFOBAE, en el que el reconocido historiador Yuval Noah Harari plantea cuestiones críticas sobre los impactos de la Inteligencia Artificial (IA) en la libertad y la democracia. Harari advierte sobre los riesgos de una tecnología que no solo replica, sino que crea y moldea opiniones, con implicaciones profundas para las estructuras democráticas y la libertad de expresión.
Junto al artículo, presentamos un análisis elaborado por LIBERTAS, que profundiza en las reflexiones de Harari y destaca los puntos clave de su mensaje sobre la protección de los valores democráticos en la era digital.
Yuval Noah Harari: “La Inteligencia Artificial podría hacernos lo que nosotros les hicimos a otros; no por malvada sino porque es poderosa y no le importamos”
El autor de ‘Sapiens’ destacó la urgente necesidad de establecer mecanismos de control sobre las potentes entidades que creó el ser humano . Es el tema de “Nexus”, su nuevo libro, que está por salir
arari afirma que los algoritmos ya han causado muertes (The Grosby Group)
El historiador israelí Yuval Noah Harari lanzó advertencias contundentes en su más reciente entrevista con La Vanguardia acerca de los riesgos que entraña la Inteligencia Artificial (IA).
En el marco de la publicación de su nuevo libro titulado Nexus, el autor de aclamados títulos como Sapiens y 21 lecciones para el siglo XXI, sostiene que “los algoritmos ya han matado a gente” y subraya los peligros potenciales que puede enfrentar la humanidad si la IA se sale de control.
Harari plantea que hemos creado una entidad más inteligente y poderosa que el ser humano, y si no establecemos mecanismos de control adecuados, las repercusiones podrían ser devastadoras no solo para la humanidad, sino para todo el sistema ecológico.
En diálogo telefónico con el periodista Justo Barranco, el historiaador expresó: “No porque la IA sea malvada, pero es extremadamente poderosa y no le importamos, podría hacernos lo que hemos hecho nosotros a tantos otros organismos”, destacó el historiador, añadiendo que los escenarios catastróficos no son solo imaginarios, sino plausibles.
Además, enfatizó que, cada vez más, la IA está tomando un rol crucial en la creación y difusión de ideas. Contrario a lo que algunos suponen, la IA no se limita a replicar ideas, sino que es capaz de generar sus propias visiones y tomar decisiones sobre cómo y qué difundir. “En TikTok o Facebook es un algoritmo el que decide qué mensajes recibirán mucha atención. Y eso moldea la opinión pública”, puntualizó Harari en diálogo con La Vanguardia. Esto tiene implicaciones masivas para nuestras sociedades ya que, según él, se está empezando a ver cómo las decisiones de los algoritmos influyen en la política, la cultura y la comunidad internacional.
“Con la IA, parte del problema es que hay cientos de escenarios muy peligrosos. Algunos fáciles de imaginar: un dictador le da a la IA el control de las armas nucleares y por error de cálculo hay una catástrofe”, dijo el historiador.
Y pensó otro ejemplo: “Los terroristas crean con la IA un nuevo virus mortal. Pero la naturaleza misma de la IA es que puede crear nuevas visiones e ideas por sí misma. No es una herramienta en nuestras manos. Estamos liberando millones de nuevos agentes autónomos que podrían volverse más inteligentes que nosotros y no podemos anticipar ni controlar qué harán”.
El autor también reflexionó sobre la influencia de la IA en el lenguaje y la política. “La clave de casi todo lo que hemos creado es en última instancia el lenguaje. Hasta hoy, nadie excepto los humanos podía entender o crear estas cosas”.
Harari destacó que la IA no solo es capaz de dominar el lenguaje similar a los humanos, sino que puede hacerlo mejor en muchos aspectos. Sostuvo que, en un futuro cercano, la IA será capaz de elaborar manifiestos políticos y textos religiosos, lo que podría significar un cambio radical en cómo se desarrollan y estructuran las sociedades.
“Algunos dicen -contó- que la IA es como la imprenta o la radio, y que copia nuestras ideas y las difunde. No es cierto. Es capaz de crear ideas propias y también toma decisiones sobre la difusión de las ideas humanas.
En TikTok o Facebook es un algoritmo el que decide qué mensajes recibirán mucha atención. Y eso moldea la opinión pública”.
Las preocupaciones de Harari se extienden también a la estructura de la democracia moderna. Según explicó, hay una disrupción tecnológica que está dificultando la conversación democrática al mezclar las voces humanas con las no humanas, generando un efecto de desinformación.“La democracia es una conversación y debería ser entre humanos”, dijo. Pero hoy “más del 20% del contenido de Twitter lo difunden bots”, señaló el historiador, subrayando que la calidad del debate democrático se deteriora. “¿Qué pasa con la conversación humana cuando las voces más fuertes en ella no son humanas?”Harari sugiere prohibir bots que se hacen pasar por humanos (KRISTOF VAN ACCOM/Belga/Sipa USA)
La democracia no es un fenómeno natural, se construye en condiciones determinadas. Explicaba el historiador: “Las democracias antiguas eran pequeñas ciudades-Estado o tribus. Si millones de personas intentan mantener un debate y no hay periódicos ni radio ni televisión, no pueden. Y como la democracia se edifica sobre esas tecnologías de la información, cualquier revolución importante en ellas está destinada a crear conmoción en la democracia”.
¿Peligros? Harari cree que la Inteligencia Artificial ya se cobró vidas humanas. “Lo vimos hace casi diez años, con la campaña de limpieza étnica en Myanmar contra los rohingya, en parte impulsada por algoritmos que, para aumentar la participación de los usuarios en Facebook, difundieron teorías conspirativas escandalosas, noticias falsas y odio contra esta minoría”, le dijo al medio español. Esto llevó al asesinato de decenas de miles. Incluso si los algoritmos tienen solo un 1% de responsabilidad es la primera vez en la historia que las decisiones tomadas por una IA sobre qué información difundir han contribuido a un importante cambio histórico. Los algoritmos ya han matado a gente”.
Cómo sería el futuro de la sociedad si la IA continúa avanzando a gran velocidad
Haciendo un paralelismo con las divisiones ideológicas en Estados Unidos, Harari plantea que el problema actual no es necesariamente mayor que en los años 60, pero la tecnología de la información exacerba la situación al impedir conversaciones razonadas. “Es difícil explicar lo que está sucediendo solo en términos de ideología”, afirmó. Esta falta de diálogo racional, según él, agrava la crisis social y política, transformando incluso a partidos conservadores en entidades radicales.
Uno de los aspectos más alarmantes es el potencial de la IA para influir en los procesos electorales y democráticos. Harari expresó temor sobre la posibilidad de que líderes autoritarios puedan aprovecharse de la tecnología para socavar los fundamentos democráticos. “Lo más importante de las democracias es su capacidad de autocorrección. Si votas por un hombre fuerte, un dictador, puede tomar muchas decisiones buenas pero tarde o temprano tomará una mala, no reconocerá su error y no podrás deshacerte de él”, dijo Harari al medio español. Además, utilizó ejemplos como el caso de Hugo Chávez en Venezuela para ilustrar cómo el poder mal manejado puede llevar al deterioro de una nación. “En Venezuela, Chávez y su movimiento llegaron al poder democráticamente y durante un tiempo mucha gente pensó que estaban haciendo cosas buenas, pero finalmente comenzaron a destruir el país. Y ahora el pueblo de Venezuela no puede deshacerse de ellos. Y el peligro es que algo similar pueda suceder en Estados Unidos. Si Trump es elegido, podría hacer algo similar a Chávez y Putin”.La manipulación tecnológica comienza por líderes autoritarios, según Harari
Respecto a cómo mitigar estos riesgos, Harari propone una regulación estricta sobre la IA y la prohibición de bots que puedan hacerse pasar por humanos. Las redes sociales, según aclaró, deben ser responsables de los contenidos que difunden a través de sus algoritmos. “Una IA nunca debería hacerse pasar por un ser humano”, enfatizó el historiador, instando a las autoridades a actuar de manera firme para proteger la integridad de la conversación pública.
“Las empresas de redes sociales dicen que no quieren censurar las opiniones de ningún ser humano por la libertad de expresión -declaró Harari-. Y puedo entenderlo, pero los bots no tienen libertad de expresión. No hay defensa para las empresas de redes sociales que permiten que entidades no humanas, bots, secuestren la conversación”.
Finalmente, al referirse al conflicto en Israel, Harari lamentó la situación actual y acusó a los extremistas de ambos bandos de alimentar el conflicto por sus propias fantasías mesiánicas. “Lo que tenemos que recordar es que la raíz del conflicto es que hay dos pueblos que existen en esta tierra y que tienen derecho a existir aquí”, afirmó.
Harari aboga por una paz basada en el reconocimiento mutuo y es crítico de las políticas del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, señalando que Israel no es simplemente su líder, sino una sociedad democrática con una fuerte oposición interna.

Análisis de LIBERTAS:
En su artículo, Yuval Noah Harari expresa serias preocupaciones sobre los efectos de la inteligencia artificial (IA) en la humanidad y en las estructuras políticas, especialmente en la democracia. Harari enfatiza que la IA, lejos de ser una simple herramienta, está comenzando a generar ideas y decisiones propias, lo que plantea nuevos desafíos en la política y el control social. A través de ejemplos como la manipulación de la opinión pública por parte de algoritmos en redes sociales, y el uso de IA para difundir información errónea o extremista, Harari alerta sobre los peligros que esta tecnología ya ha demostrado, como en el caso de Myanmar, donde la IA contribuyó a una limpieza étnica. Este análisis resalta la necesidad urgente de establecer mecanismos de control que puedan regular la creciente influencia de la IA, tanto en las esferas sociales como políticas.
Particularmente, Harari profundiza en cómo la IA afecta los fundamentos de la democracia. Desde la infiltración de bots en debates públicos hasta la manipulación de procesos electorales, advierte que la conversación democrática se está distorsionando, lo que podría llevar a una crisis política más profunda. Su análisis demuestra que los avances tecnológicos, lejos de ser neutros, están exacerbando la polarización política y afectando la capacidad de las democracias para autocorregirse. A través de una combinación de soluciones, como la prohibición de bots que se hagan pasar por humanos y una regulación estricta de las plataformas digitales, Harari plantea que solo mediante una intervención firme se podrá proteger la integridad del debate democrático. Estos puntos forman la base de sus diez conclusiones, las cuales destacan tanto los riesgos como las oportunidades que la IA plantea para el futuro de las sociedades democráticas.
Conclusiones:
- Impacto de la IA en la conversación democrática: Harari advierte que la inteligencia artificial está alterando el debate democrático al mezclar voces humanas con bots, lo que deteriora la calidad del diálogo público. La democracia, según él, debe ser una conversación entre humanos
- Riesgo de manipulación en elecciones: La IA tiene el potencial de influir en procesos electorales y democráticos. Harari teme que los líderes autoritarios puedan utilizar esta tecnología para socavar los principios fundamentales de la democracia.
- Autocorrección democrática en peligro: Un aspecto crucial de la democracia es su capacidad para corregirse a sí misma, pero la manipulación tecnológica por parte de dictadores o líderes autoritarios podría impedir esta autocorrección, como ocurrió en Venezuela con Hugo Chávez.
- Bots y desinformación: Harari menciona que el 20% del contenido en plataformas como Twitter es generado por bots. Esta intervención no humana genera desinformación y distorsiona el debate público, lo cual pone en riesgo el proceso democrático.
- Crisis en la democracia moderna: La disrupción tecnológica está provocando una crisis en la democracia, al igual que lo hizo en el pasado la aparición de nuevas tecnologías de la información, como la imprenta o la televisión. Harari sugiere que cualquier revolución tecnológica importante tiene el potencial de alterar drásticamente las democracias.
- Propuesta de prohibición de bots: Para mitigar los riesgos que la IA supone para la democracia, Harari sugiere la prohibición de bots que se hagan pasar por humanos, y pide una regulación estricta sobre el uso de IA en redes sociales para proteger la integridad del debate público.
- La IA puede superar a los humanos: Harari sostiene que la IA no solo replica las ideas humanas, sino que puede generar visiones y decisiones propias, lo que plantea un riesgo para la humanidad si no se controla adecuadamente.
- La IA ya ha causado muertes: Harari menciona que los algoritmos han jugado un papel en eventos como la campaña de limpieza étnica en Myanmar, lo que demuestra que la IA ya ha tenido consecuencias fatales.
- Capacidad de la IA para crear ideas: A diferencia de otras tecnologías, la IA no solo difunde las ideas humanas, sino que puede crear sus propias visiones del mundo, lo que puede tener implicaciones profundas en la cultura y la política
- Influencia de la IA en la opinión pública: Harari subraya que plataformas como TikTok o Facebook utilizan algoritmos que deciden qué mensajes reciben más atención, lo que moldea directamente la opinión pública y afecta a las sociedades de maneras imprevisibles