Infórmate con criterio y profundidad: Un buen votante sabe que la democracia se enriquece con el conocimiento y el análisis. Examina propuestas, antecedentes y valores de los candidatos para decidir con conciencia, evitando los eslóganes vacíos y la desinformación.
Defiende la integridad y la transparencia: La democracia necesita líderes honestos y transparentes. Apoya a quienes muestran coherencia y responsabilidad en sus acciones y decisiones, rechazando cualquier atisbo de corrupción o abuso de poder.
Respeta y promueve la diversidad de ideas: Un buen votante sabe que la libertad se fortalece con el respeto a las diferencias. Valoriza la pluralidad de opiniones y fomenta el diálogo, rechazando la intolerancia y el pensamiento único.
Protege los derechos humanos y la justicia social: La democracia y la libertad se sostienen en la dignidad humana. Un buen votante elige a quienes respetan y defienden los derechos humanos y promueven una sociedad inclusiva, justa y sin discriminación.
Prioriza el bien común sobre los intereses individuales: La democracia florece cuando el bien común prevalece. Vota por candidatos que busquen el beneficio de todos, especialmente de los más vulnerables, antes que intereses personales o de grupos de poder.
Rechaza el autoritarismo y la concentración de poder: Un buen votante defiende la separación de poderes y apoya a quienes respetan el marco constitucional. La libertad no puede coexistir con el autoritarismo, por lo que rechaza a aquellos que amenacen con controlar todos los ámbitos del poder.
Comprométete activamente con el proceso democrático: Un votante comprometido no se limita a votar; se informa y sigue de cerca el desempeño de sus representantes, exigiendo rendición de cuentas y participando en la construcción de una sociedad más libre y equitativa.
Valora la libertad cívica y los derechos individuales: La libertad de expresión, el derecho a la protesta y la libre asociación son pilares democráticos que un buen votante debe defender. Apoya a quienes se comprometen con estas libertades esenciales.
Ejercer el voto de manera libre y consciente: La libertad es un derecho y una responsabilidad. No permitas que tu voto sea influenciado por la manipulación, el miedo o la compra de conciencias. Vota siempre con autonomía y en conciencia.
Actúa con responsabilidad cívica y ética: La democracia se construye cada día, y el voto es una herramienta esencial para ello. Elige en función de los valores democráticos y los principios de libertad, sabiendo que cada elección define el futuro de nuestra sociedad.