Resumen ejecutivo
| Eje temático | Acción principal |
| Gobernanza global | Reformas de ONU, FMI, BM |
| Comercio | Denuncia de aranceles, impulso monedas locales |
| Conflictos internacionales | Condenas de ataques en Medio Oriente; apoyo a Palestina |
| Economía interna | Propuesta de impuestos progresivos y financiamiento climático/social |
| Tecnología | Articulación en salud, IA, energía verde |
| Cohesión del bloque | Avance limitado: declaración conjunta lograda pero con tensiones internas |
| Rol de Brasil | Facilitador cauteloso, evita confrontación con EE. UU. |
Contexto y asistentes
- Primera cumbre presencial tras la expansión del bloque a 11 miembros —se sumaron en 2024 Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Arabia Saudita— aunque algunos también presenciaron con videoconferencia.
- Asistentes presenciales: Lula (Brasil), Modi (India), Li Qiang (China, reemplaza a Xi Jinping), Ramaphosa (Sudáfrica), Prabowo (Indonesia), Madbouly (Egipto), Abiy (Etiopía), Araghchi (Irán), Lavrov (Rusia, videoconferencia)
- Ausencias notables: Xi (China), Putin (Rusia)
Temas clave y declaración final
- Reformas institucionales mundiales
Se reafirmó la llamada a modernizar instituciones clave como la ONU, FMI y Banco Mundial, con mayor representación para el Sur Global. - Comercio y defensa arancelaria
Fuerte condena al incremento de aranceles, en particular contra medidas recientes de EE. UU. bajo Trump, vistas como proteccionistas y disruptivas. - Tensiones en Medio Oriente
Denuncia de ataques contra Irán e Israel en Gaza; pedido de alto al fuego inmediato, retroceso de tropas y reconocimiento pleno de Palestina ante la ONU. - Monedas locales en comercio
India y otros países impulsan pagos en monedas nacionales para reducir dependencia del dólar. Aunque se explora una posible moneda BRICS, está en fase inicial. - Desigualdad y financiación climática
Brasil, liderado por Haddad, propuso impuestos a los superricos y un IVA progresivo para financiar justicia social, cambio climático y salud global. - Tecnología y gobernanza global
En la agenda: salud pública, inteligencia artificial, energía verde y cooperación Sur‑Sur, manteniendo un perfil moderado para no provocar a EE. UU..
Cohesión interna y desafíos
- La expansión del bloque trae diversidad política —democracias y autoritarismos— lo que obstaculiza el consenso total.
- Ausencia de líderes clave afectó imagen de unidad; Brasil buscó diplomacia cauta y consenso mínimo viable.
- En abril dos ministros no lograron acuerdo; en esta ocasión sí se emitió la declaración conjunta de 31 páginas.
Rol de Brasil
- Lula y Haddad actuaron como facilitadores moderados, enfocando la agenda en temas no polémicos para evitar represalias comerciales de EE. UU.
- Se enfatizó el uso de monedas locales y un comercio más justo, sin alinearse con ningún bloque
- También impulsaron el acuerdo Mercosur‑UE, la reforma fiscal interna y la continuidad del legado de Lula
La cumbre de Río reforzó el papel de los BRICS como voz del Sur Global, manteniendo un equilibrio entre crítica a EE. UU. y cautela diplomática para preservar relaciones comerciales. Aunque logró avances en comercio justo y gobernanza global, los problemas de cohesión interna y ausencia de líderes clave limitan su impacto transformador inmediato. Brasil, bajo liderazgo pragmático, jugó un rol decisivo en moderar tensiones sin sacrificar agenda propia.
XVII Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro y su significado geopolítico
La reunión celebrada en Río de Janeiro los días 6 y 7 de julio de 2025 marcó un punto de inflexión para el bloque BRICS. Con once miembros tras la ampliación de 2024, la cumbre se desarrolló en un contexto internacional dominado por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, la escalada bélica en Oriente Próximo y la persistente pugna por reformar la gobernanza global. Pese a la ausencia de Xi Jinping y Vladímir Putin en la mesa presencial, los mandatarios lograron consensuar una declaración conjunta de 31 páginas que, sin nombrar directamente a Washington, cuestiona su proteccionismo y reivindica un nuevo multilateralismo representativo del Sur Global.
De foro emergente a plataforma del Sur Global
Desde su creación en 2009, BRICS ha pasado de agrupar cinco potencias emergentes a una coalición que hoy representa el 46 % de la población mundial y cerca del 36 % del PIB (PPA). La incorporación de Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía, Indonesia e Irán—unida a la admisión de Colombia y Uzbekistán en el Nuevo Banco de Desarrollo—ha reforzado su peso demográfico, energético y financiero, pero también ha multiplicado las divergencias culturales y de régimen político dentro del bloque.
La cumbre se celebró en la Cidade das Artes, con la presidencia rotativa de Luiz Inácio Lula da Silva. Además de Lula, asistieron Narendra Modi (India), Li Qiang (China, en sustitución de Xi), Cyril Ramaphosa (Sudáfrica), Prabowo Subianto (Indonesia), Mostafa Madbouly (Egipto), Abiy Ahmed (Etiopía) y Abbas Araghchi (Irán). Putin y Lavrov participaron por videoconferencia. Las ausencias respondieron tanto a cuestiones de protocolo—la orden de detención de la CPI contra Putin—como a tensiones regionales que desaconsejaron la presencia de algunos jefes de Estado de Oriente Medio.
Reforma del sistema multilateral
El eje central del comunicado final fue la propuesta de “actualizar” el Consejo de Seguridad, el FMI y el Banco Mundial para reflejar el peso de las economías emergentes. Brasil e India recibieron un respaldo explícito para ocupar asientos permanentes, mientras que la representación africana quedó pendiente ante la rivalidad entre Nigeria, Sudáfrica y Egipto. El texto coincide con el discurso de Lula: “Si la gobernanza global no se adecua a la realidad multipolar, los BRICS deben impulsar su renovación”.
Comercio y aranceles
El bloque condenó el “incremento indiscriminado” de aranceles, aludiendo a la política proteccionista del presidente estadounidense Donald Trump. Se trata de la primera vez que la declaración final endurece el lenguaje sobre la guerra comercial, reflejando la presión de China y Brasil para blindar sus exportaciones industriales y agrícolas. Sin embargo, el documento evita mencionar medidas de represalia, señal de la cautela brasileña para no tensar la relación con su principal compradora de soja y mineral de hierro.
Oriente Medio en primer plano
El comunicado dedica cinco párrafos a condenar los ataques contra Irán—de los que responsabiliza tácitamente a Israel y EE. UU.—y a exigir un alto el fuego inmediato en Gaza. Al mismo tiempo reclama la liberación de todos los rehenes y respalda la solución de dos Estados. El texto refleja la influencia iraní y saudí, pero también las reticencias de India y Emiratos Árabes, reacios a criticar abiertamente a Washington o Tel Aviv.
Conflictos de segunda línea
En contraste, la guerra ruso-ucraniana apenas recibe una mención de cortesía que “reconoce las posturas nacionales”. Este tratamiento asimétrico revela la dificultad de armonizar intereses cuando el bloque incluye tanto a un agresor sancionado (Rusia) como a socios cortejados por Occidente (India, Brasil). El resultado es un minimalismo diplomático que permite aprobar un documento, pero reduce su fuerza normativa.
Desdolarización y pagos en moneda local
Uno de los avances palpables fue el compromiso de ampliar el uso de monedas nacionales en el comercio intrabloque y de estudiar un “sistema independiente de compensación y depósito”. Rusia insistió en que la Nueva Plataforma de Liquidación—propuesta en 2024—se convierta en un SWIFT alternativo para sortear sanciones. Paralelamente, se relanzó la idea de la BRICS Grain Exchange y se fortaleció el Mecanismo Interbancario de Cooperación para financiar proyectos en divisas locales.
Inteligencia artificial y gobernanza tecnológica
Por primera vez, los líderes adoptaron una “Declaración sobre la Gobernanza Global de la IA”, orientada a promover un desarrollo “responsable, inclusivo y seguro” de los algoritmos. El documento propone compartir marcos de auditoría ética, fomentar normas abiertas y evitar “monopolios de datos”. Detrás de la retórica hay dos pulsiones: la de China y Rusia por frenar estándares occidentales que podrían limitar sus modelos, y la de Brasil e India por atraer inversión extranjera sin perder autonomía regulatoria.
El ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, presentó un plan para gravar a los superricos y destinar los ingresos a financiar transición energética, salud global y reducción de la desigualdad. Aunque el resto de los socios no asumió el impuesto, la iniciativa alimentó la discusión sobre cómo articular instrumentos fiscales progresivos a escala multilateral. También se reiteró el apoyo al Acuerdo de París y se pidió que los países desarrollados cumplan sus promesas de financiación climática. ft.com
Brasil como mediador pragmático
La diplomacia de Lula evitó lecturas antioccidentales e intentó presentar a los BRICS como herederos del Movimiento de Países No Alineados, subrayando que Brasil será igualmente anfitrión del G-20 y de la COP30 en la Amazonia. Esa agenda triple busca posicionar al país como “puente” entre Norte y Sur, combinando la retórica de justicia global con la preservación de mercados estratégicos en Estados Unidos y la Unión Europea.
Cohesión interna y fisuras
La ampliación del bloque trajo consigo tensiones latentes: democracias electorales conviven con monarquías absolutas y repúblicas teocráticas; y mientras Rusia necesita voceros ante Occidente, India cultiva vínculos militares con Estados Unidos y Japón. La ausencia de Xi y Putin subrayó esa fragilidad: sin sus principales accionistas en la foto, la imagen de unidad se resintió y Brasil debió lastrar la agenda hacia temas de “mínimo común múltiplo”.
Para Washington y Bruselas, el BRICS+ constituye tanto un desafío al dólar como un foro de lobbying que puede diluir sanciones. Sin embargo, los 11 países mantienen relaciones bilaterales intensas con el G-7, dependen de cadenas de suministro occidentales y divergen en la estrategia frente a China. La aspiración de “liderar el Sur Global” coexiste, por tanto, con incentivos a la cooperación pragmática con el Norte, lo que limita la capacidad del bloque para actuar como contrapoder coherente.
Logros y limitaciones
La cumbre obtuvo tres resultados concretos: una declaración consensuada, la aprobación del plan de pagos en monedas locales y el lanzamiento del marco de IA. No obstante, las promesas de reforma del sistema financiero internacional carecen de calendario y dependen de la voluntad de las potencias del G-7. Asimismo, la falta de un mecanismo de resolución de disputas dentro del bloque—similar al de la OMC—resta efectividad a sus compromisos.
Río 2025 confirmó que BRICS es ya un actor indispensable en la conversación sobre el orden mundial, pero también expuso sus contradicciones internas. El bloque ofrece una narrativa alternativa de multipolaridad, justicia fiscal y cooperación Sur-Sur, al tiempo que navega entre agendas nacionales divergentes y presiones externas. Su capacidad para traducir la retórica en instituciones—una moneda común, un sistema de pagos soberano, una representación ampliada en la ONU—será puesta a prueba en 2026, cuando India asuma la presidencia y deba conciliar, quizá más que nunca, la heterogeneidad que hace del BRICS una potencia colectiva tan prometedora como vulnerable.
Paralelismo entre el movimiento de los Países No Alineados y los BRICS
1. Origen histórico y contexto geopolítico
| Países No Alineados (MPNA) | BRICS |
| Surge en 1961 durante la Guerra Fría, liderado por Yugoslavia, India, Egipto, Ghana e Indonesia como una tercera vía entre el bloque capitalista (EE.UU.) y el comunista (URSS). | Nace en 2009, tras la crisis financiera global de 2008, como una plataforma de potencias emergentes que buscan reequilibrar el orden económico dominado por Occidente. |
| Reacción al bipolarismo militar de la Guerra Fría. | Reacción al unipolarismo económico y financiero posterior a la Guerra Fría. |
2. Principios ideológicos y objetivos
| MPNA | BRICS |
| Principios de neutralidad política, descolonización, autodeterminación y no intervención. | Principios de multipolaridad, reforma del sistema financiero internacional, soberanía económica y equidad global. |
| Promovía una paz basada en la no alineación militar. | Promueve un sistema económico más representativo del Sur Global. |
| Fuerte retórica antiimperialista y anticolonial. | Discurso postoccidental, que busca alternativas al dominio financiero y tecnológico de EE.UU./UE sin romper totalmente relaciones. |
3. Composición y diversidad
| MPNA | BRICS |
| Más de 120 países, en su mayoría del Tercer Mundo (África, Asia, América Latina). Heterogéneo, con muchos Estados frágiles. | 11 países (desde 2024), incluyendo potencias regionales y grandes economías (China, India, Brasil, Arabia Saudita, etc.). |
| Amplia representación, pero con bajo peso económico global. | Menor número, pero con peso económico y demográfico estratégico. |
| Basado en una identidad colectiva del Sur, más que en intereses económicos concretos. | Basado en intereses estratégicos y económicos comunes, aunque con profundas diferencias internas (autocracias vs democracias, competencia China-India). |
4. Agenda internacional
| MPNA | BRICS |
| Defensa de un nuevo orden mundial más justo, pero sin mecanismos de ejecución o financiamiento reales. | Busca reformas concretas (ONU, FMI, Banco Mundial), sistemas de pagos alternativos al dólar, uso de monedas locales y un rol activo en tecnología (IA, gobernanza de datos). |
| Proponía una economía mundial más equitativa, pero sin estructura ni poder para imponerla. | Avanza en proyectos concretos: Banco de Desarrollo del BRICS, fondo de contingencia, acuerdos comerciales internos, cumbre climática, IA, etc. |
5. Institucionalidad y eficacia
| MPNA | BRICS |
| No tiene una estructura institucional fuerte: es una plataforma política, no una organización operativa. | Tiene institucionalidad propia: el Nuevo Banco de Desarrollo (con sede en Shanghái), mecanismos de cooperación financiera, grupos de trabajo temáticos, etc. |
| Sus declaraciones eran importantes simbólicamente, pero no vinculantes ni operativas. | Tiene capacidad de ejecutar proyectos, aunque aún no constituye una alternativa directa al G7 o al FMI. |
6. Rol en el orden global
| MPNA | BRICS |
| Actuaba como tercera vía entre potencias hegemónicas, promoviendo la paz, la neutralidad y el desarme nuclear. | Actúa como contrapeso económico y geopolítico al G7, sin declararse en oposición abierta pero con intenciones reformistas. |
| Limitada influencia práctica. Muchos miembros dependían económicamente de las superpotencias. | Capacidad real de influencia: peso en energía (Arabia Saudita, Rusia), población (India, China), agricultura (Brasil), finanzas (EAU), tecnología (China). |
7. Legado e impacto
| MPNA | BRICS |
| Legado político e ideológico clave en la historia de las relaciones internacionales del Sur Global, pero de baja operatividad práctica. | Potencial de convertirse en una plataforma alternativa de gobernanza económica global, si supera sus contradicciones internas. |
| Representó una voz colectiva moral en favor del no alineamiento y la soberanía. | Representa una agenda pragmática de reforma de estructuras concretas del poder económico global. |
El BRICS puede verse como una evolución práctica del espíritu del Movimiento de Países No Alineados. Mientras el MPNA encarnaba un ideal geopolítico y ético —neutralidad frente a bloques—, el BRICS representa una respuesta estratégica al dominio económico y tecnológico occidental, con instrumentos y propuestas concretas. Ambos parten del mismo anhelo: un mundo multipolar más justo.
Pero el BRICS, al incorporar potencias emergentes con capacidad real de presión, avanza más allá de las declaraciones simbólicas hacia una reconfiguración del orden global.
Su desafío será mantener cohesión interna en un contexto de rivalidades y crisis múltiples, sin perder el objetivo común que lo vincula, en el fondo, con sus predecesores del MPNA: la autonomía del Sur Global frente a las hegemonías dominantes.¨
URUGUAY en el contexto de los BRICS
Uruguay participó en la XVII Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro (6–7 de julio de 2025) como país invitado, lo cual refleja un enfoque estratégico en su política exterior hacia el multilateralismo y el fortalecimiento del Sur Global. A continuación, se detallan los aspectos clave de su presencia y proyección
Invitación oficial y asistencia
- El 1 de marzo de 2025, durante su asunción, el presidente brasileño Lula da Silva extendió a Uruguay —junto con México y Colombia— una invitación para participar en la cumbre BRICS pese a que no ostenta membresía plena
- El presidente uruguayo Yamandú Orsi confirmó su presencia en la cumbre, reforzando la apuesta de Uruguay por una diplomacia activa y neutral, con énfasis en la paz y la cooperación.
Contexto: adhesión al Nuevo Banco de Desarrollo (NDB)
- En 2021, Uruguay pasó a ser miembro del NDB —el banco del BRICS— junto con otros nuevos socios como Egipto, Bangladesh y Emiratos Árabes.
- Aunque formalmente no se había materializado una integración operativa antes de la cumbre, la invitación de Dilma Rousseff a Orsi en diciembre de 2024 anticipaba ese avance.
Proyección y rol propuesto
Uruguay ha orientado su participación en la cumbre hacia varios frentes:
Diplomacia de paz y resolución de conflictos
- Orsi y el canciller Mario Lubetkin impulsan una política exterior de mediación, neutra y con énfasis en la paz, reflejada en su postura frente a conflictos como el de Gaza.
- En este sentido, la presencia en los BRICS refuerza esa imagen de país equilibrado y dialogante.
Relaciones fortalecidas con Brasil
- Uruguay se alinea con la estrategia de Lula de posicionar a Sudamérica como bloque influyente en foros globales, aprovechando su relación bilateral para integrarse a iniciativas conjuntas.
Inserción en plataformas financieras alternativas
- A través del NDB y mecanismos financieros del BRICS (como los pagos en monedas locales y el Contingent Reserve Arrangement), Uruguay busca diversificar fuentes de financiamiento para desarrollo e infraestructura.
Refuerzo del multilateralismo regional
- Su participación coincide con su rol próximo como presidente pro témpore de la CELAC (2026) y el impulso del acuerdo Mercosur‑UE, lo que lo posiciona como actor regional activo
Relevancia estratégica
- Visibilidad internacional: La cumbre BRICS atrajo a más de 4.000 participantes de 37 países, siendo una de las mayores reuniones diplomáticas recientes. Uruguay, como invitado, elevó su perfil global.
- Credibilidad diplomática: Refuerza su reputación como país democrático, estable y neutral, con tradición de soluciones pacíficas y convivencia política —un “faro” en la región—.
- Diversificación económica y financiera: Le permite acceder a plataformas como el NDB y explorar la integración en estructuras del Sur Global, más allá del norte hegemónico.
La presencia de Uruguay en la cumbre BRICS representa:
- Una entrada estratégica en el multilateralismo regional y global, afianzando su rol como mediador pacífico.
- El inicio de una nueva etapa en su relación con los sistemas financieros emergentes, a través del NDB y otras iniciativas BRICS.
- Un respaldo a la integración sudamericana, señalando una alineación con las prioridades de Brasil y la región en el contexto del orden global en transformación.
En suma, Uruguay busca proyectarse como un puente constructivo entre los países emergentes y las potencias tradicionales, consolidando su posicionamiento como actor relevante, moderador y con visión autónoma dentro del Sur Global.
