Fuente: Medios Internacionales – BBC Mundo.
Javier Milei ha alcanzado un hito que muchos consideraban improbable hasta hace poco: fue elegido presidente de Argentina el pasado domingo. Ahora, se enfrenta a su desafío más significativo: gobernar un país en crisis sin contar con mayorías, a pesar de haber prometido refundarlo.
Este economista libertario incursionó en la política argentina hace apenas dos años con un discurso antisistema y logró una victoria contundente en el balotaje presidencial, obteniendo el 55,7% de los votos, superando al candidato peronista oficialista Sergio Massa, quien consiguió el 44,3%, según el 99% del recuento completado.
En su discurso de victoria el domingo por la noche, Milei declaró: «Hoy comienza la reconstrucción de Argentina». Sin embargo, el país atraviesa uno de sus peores momentos económicos y sociales desde que recuperó la democracia hace 40 años, un factor clave por el cual el mensaje de Milei contra la «casta política» atrajo a tantos votantes frustrados.
El presidente electo argentino ha propuesto cambios radicales, desde la dolarización de la economía y el cierre del Banco Central hasta la reducción del rol del Estado en la sociedad y la privatización de empresas estatales. No obstante, varios expertos anticipan que su plataforma electoral chocará con el sistema de pesos y contrapesos de la democracia argentina, ya que el próximo presidente carecerá de mayorías en el Congreso y deberá negociar incluso con rivales a los que denostó en campaña.
Hoy en día, más de 18 millones de personas en Argentina, lo que representa el 40% de su población total, viven en situación de pobreza, según cifras oficiales. Además, la inflación anual ha alcanzado el 143% en los últimos 12 meses hasta octubre.
En este contexto, los ciudadanos argentinos han decidido otorgar la responsabilidad del gobierno a un candidato cuyo discurso antisistema ha generado comparaciones con figuras como el expresidente de ultraderecha brasileño Jair Bolsonaro o el estadounidense Donald Trump, a quien afirma admirar.
No obstante, la falta de experiencia política y en roles ejecutivos tanto en el sector público como privado por parte de Milei plantea un enigma en cuanto a su capacidad para tomar decisiones, según advierte Berensztein.
El presidente electo se enfrenta a la tarea de impulsar las reformas que propuso, como la eliminación de 10 de los 18 ministerios gubernamentales y la reducción del gasto público en un 15% del PIB. Todo esto se llevará a cabo en un Congreso donde ninguna fuerza política tendrá mayoría, siendo el peronismo la primera minoría.
La coalición de Milei, denominada La Libertad Avanza, creada hace apenas dos años, cuenta con apenas 38 diputados en una cámara de 257 miembros y ocho senadores en un total de 72.
A pesar de obtener respaldo de rivales como el expresidente Mauricio Macri y la excandidata presidencial Patricia Bullrich para el balotaje del domingo, esta alianza dividió a la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, asegurando, según analistas, el apoyo al presidente electo de aproximadamente un tercio de los diputados y senadores.
Milei ha planteado la posibilidad de recurrir a plebiscitos si encuentra dificultades para que el Congreso apruebe reformas consideradas fundamentales. Sin embargo, la Constitución argentina establece que las consultas populares vinculantes también deben pasar por el Congreso para ser convocadas.
La propuesta de Milei de descentralizar el sistema educativo mediante vouchers ha suscitado interrogantes, dado que la educación se encuentra legalmente bajo la jurisdicción de los gobiernos provinciales. Incluso los decretos de necesidad y urgencia que Milei podría emplear como presidente para impulsar medidas deben ser ratificados en el Congreso.
«El sistema político representa el mayor desafío para Milei», sostiene el analista político argentino Rosendo Fraga, señalando que la falta de mayoría en ambas cámaras será un condicionante concreto que enfrentará el presidente electo. Sergio Berensztein opina que eventualmente tanto el peronismo como la oposición podrían ver conveniente que Milei consolide fiscalmente el país y asuma el costo político de ello.
Finalmente, surge la pregunta sobre la factibilidad de la dolarización, considerando los retos prácticos y económicos que conlleva, así como las posibles consecuencias de cerrar el Banco Central, lo que requerirá una cuidadosa planificación y la superación de obstáculos significativos.
Incluso si Javier Milei superara los desafíos políticos significativos que enfrenta, se encontraría con obstáculos prácticos para implementar dos de sus propuestas más destacadas: la dolarización de la economía y el cierre del Banco Central.
El descontrol de la inflación en Argentina llevó a Milei a afirmar que el país es «incapaz de tener moneda» y que la emisión de billetes por parte del Banco Central constituye un «robo» a la población. Sin embargo, el presidente electo ha proporcionado pocos detalles sobre cómo planea llevar a cabo este cambio.
Una interrogante fundamental sobre el plan monetario de Milei es cómo logrará dolarizar la economía en un país donde los dólares son escasos. Claudio Loser, exdirector del Fondo Monetario Internacional para América Latina, destaca que una dolarización ordenada requeriría una cantidad suficiente de dólares para reemplazar los pesos existentes y para dolarizar el sistema financiero.
Milei estimó durante la campaña que esto costaría alrededor de US$35.000 millones, una suma que, según él, podría cubrirse utilizando las reservas y bonos del Banco Central. Sin embargo, Loser y otros economistas advierten que cualquier plan de dolarización debe ir precedido por la corrección de la política fiscal y monetaria, la reducción de la inflación, la estabilización del sistema financiero y la obtención de líneas de crédito para ganar confianza, un proceso que podría llevar varios meses.
Loser, actual presidente de Centennial Group Latinoamérica, una consultora financiera con sede en Washington, señala que si se intenta implementar la dolarización de manera inmediata, podría generar un impacto significativo en la economía.
Incluso en el caso de que Milei lograra implementar la tan anunciada dolarización, existen dudas entre los expertos sobre su capacidad para clausurar por completo el Banco Central. Esta entidad, además de desempeñar una función monetaria, ejerce control sobre los bancos que operan en el ámbito argentino. Según Loser, si la propuesta de Milei de clausurar el Banco Central busca evitar que el gobierno se financie aún más, podría considerarse factible.
No obstante, eliminarlo por completo no resulta práctico en países dolarizados, ya que se requiere mantener la disciplina financiera, y prescindir de un Banco Central o su equivalente sería sumamente complicado.
El principal desafío que Milei podría enfrentar, según este especialista argentino, radica en el aumento de la conflictividad a medida que promueva medidas para reducir subsidios y disminuir el gasto público. En Argentina, la pugna por las agendas de gobiernos no peronistas a menudo se manifiesta en las calles, con protestas sindicales y estudiantiles que podrían alcanzar niveles masivos. Loser concluye que, aunque Milei podría lograr consensos en algunas áreas, no sería resultado de la generosidad del sistema político, sino más bien porque este es egoísta, lo que podría llevar a que Milei se convierta en un presidente muy impopular.