El emisor subacuático de Buenos Aires
Edison González Lapeyre
El análisis del emisor subacuático de aguas cloacales e industriales de
Buenos Aires, constituido por un túnel de 12 kilómetros de extensión y de
4,30 de diámetro, debe ser considerado a la luz de dos principios
fundamentales. Por un lado, el que resulta del artículo 47 de la
Constitución de la República que establece que “la protección del medio
ambiente es de interés general” y que “el agua es un recurso esencial para
la vida” y, por el otro, el principio precautorio o de precaución que
constituye una norma estructural en el Derecho Ambiental consagrada en la
Conferencia de Rio de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo
que tuvo lugar en Rio de Janeiro en el año 1992.
Este principio se encuentra consagrado en el numeral 15 de lo acordado
en esa Conferencia que establece: “Con el fin de proteger el medio
ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de
precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño
grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta, no deberá
utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en
función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”
Se trata de dos principios fundamentales que deberían inspirar, no sólo la
conducta de los gobernantes de ambos países platenses en el análisis del
emisor subacuático de Buenos Aires, sino también del Banco Mundial que
ha financiado a este emprendimiento.
Este emisor o emisario, que está en un estado avanzado de construcción,
implica colectar las aguas cloacales de más de 4 millones y medio de
habitantes y de miles de industrias que corresponden a las cuencas fluviales
de los ríos Matanzas y Riachuelo de Buenos Aires y verterlas al Río de la
Plata a través de un emisor subacuático de 12 kilómetros de extensión y de
4 metros 30 de diámetro. Se estima que lo que va a arrojar diariamente al
Río de la Plata este emisor sería de aproximadamente 2 millones y medio
de metros cúbicos de ese tipo de vertimientos.
Si bien se ha mencionado que este proyecto fue presentado,
originariamente, en el seno de la Comisión Administradora del Río de la
Plata en el año 2001, según el acta No. 439, par. 4.3, se trató recién el 23
de octubre de 2008. En esos momentos presidía la delegación uruguaya,
ante esa comisión binacional, el Embajador Juan Enrique Fischer que
entendió que el proyecto debía ser tratado conforme al art. 17 del Tratado
del Río de la Plata y su Frente Marítimo y que merecía un estudio serio y
responsable por lo que no podía ser aceptado por el plenario de la CARP
con los elementos de juicio aportados puesto que requería un análisis
conforme a lo dispuesto en los arts. 18 y ss. del Tratado.
Pocos días después, el Embajador Fischer fue sustituido por el Embajador
Dr. Elbio Rosselli que, cuando asumió, el 19 de diciembre de 2008 (Acta
de plenario No. 443), expresó: “Todo el mundo sabe que yo tengo una larga
experiencia diplomática, pero soy neófito en asuntos el Río de la Plata”.
Convocada la Subcomisión de Estudios, Proyectos y Obras para tratar el
tema del emisor subacuático, participaron de la misma, por nuestro país, el
Embajador Rosselli,” y dos capitanes de navío no especializados en temas
ambientales.
La Subcomisión recibió a funcionarios de la firma AYSA (Aguas y
Saneamientos Argentinos S.A.), que es una empresa mixta de capital
público y privado y que es la responsable de la construcción de esta obra y
a técnicos del Servicio de Hidrografía Naval argentino, que brindaron una
exposición sobre este emprendimiento, luego de lo cual, la Subcomisión,
determinó “que la obra proyectada no es susceptible de producir perjuicio
sensible al interés de la navegación de la República Oriental del Uruguay o
al régimen del Río de la Plata y que debería quedar circunscripta al aspecto
de calidad de las aguas regulado en el capítulo IX”.
Reunida la Comisión, el 27 de enero de 2009, sin discusión de clase alguna,
al tratar el tema, resuelve aprobar el informe de la Subcomisión de Obras y
Proyectos No. 37/009 y agregarlo como anexo (Acta 444). Se ha
mencionado que hubo informes de la parte uruguaya pero no resultan del
acta mencionada.
Lo cierto es que un diplomático neófito en temas del Río de la Plata y dos
capitanes de navío no especializados luego de escuchar el informe de la
empresa y del Servicio Hidrográfico argentino, adoptaron una posición
contraria a la que había sostenido el Embajador Fischer unos días antes y
luego en el plenario aprobaron el proyecto referido.
Personalmente, estimé que el enorme volumen de aguas cloacales y
residuos industriales que iba a ser arrojado al Río de la Plata por el emisor,
podía afectar el régimen del mismo y que requería un estudio de impacto
ambiental independiente. Y sostuve y sostengo esa posición porque por
“régimen” se debe entender el modo de regirse una cosa, es decir el
conjunto de normas y factores que regulan determinado actividad, en este
caso, al Río de la Plata.
Fue pasando el tiempo y cuando en los años 2018 y 2019, con el
Embajador Carlos Orlando, cuando empezamos a publicitar el riesgo que se
podía generar con este emprendimiento, nos encontramos con una
ignorancia supina de lo que estaba aconteciendo, a tal punto que en
Cancillería, no sabían nada del tema y que el Subsecretario de Vivienda,
Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, arquitecto Jorge Rucks,
cuando lo consultaron por el emisor, dijo que en el último período de
gobierno, no pidieron ni recibieron ninguna actualización ni información de
cómo el proyecto seguía su curso”.
Al asumir el nuevo gobierno, volvimos a insistir sobre la necesidad de
tomar cartas en este asunto y, por fin, la diputada Nibia Reisch se hizo eco
y solicitó informes al respecto. En ese contexto, el Presidente de la
delegación uruguaya ante la CARP, Dr. Alem García, reunido con algunos
dirigentes políticos y con la asesora de ambiente, contratada por esa
comisión, en la ciudad de Colonia, en términos poco felices, descartó la
posibilidad de que funcionando el emisor pudiese contaminar las costas de
Colonia y dijo que se trataba de un hecho consumado. Posteriormente el
Dr. García, cuando concurrió a la Comisión Especial de la Cámara de
Diputados insistió en que una vez que comenzara a funcionar este enorme
emisor de aguas cloacales se iba a hacer un monitoreo intenso, siguiendo en
ese sentido lo manifestado por el Capitán de Navío Marcelo Pazos, último
representante de la Armada en la CARP que afirmó que “una vez que la
planta esté operativa se implementarán los controles ambientales (El
Observador 21.10.2019). El Dr. Alem García posteriormente informó que
las aguas cloacales cuando fueran vertidas por el emisario serían objeto de
tres monitoreos diferentes. Uno por AYSA, el otro por una comisión que
se estaba gestando con la Facultad de Ciencias de la UDELAR y otra
independiente, pero nada de lo anunciado se ha concretado hasta la fecha..
Con respecto a estas declaraciones de la delegación uruguaya ante la CARP
considero del caso establecer:
Que no comparto las declaraciones del Presidente de la delegación
uruguaya ante la CARP descartando en forma categórica una eventual
contaminación por parte del emisor subacuático de aguas cloacales e
industriales de Buenos Aires a las playas del departamento de Colonia, por
el contrario, estimo que el funcionamiento de esta obra faraónica puede
contaminar las costas de ese departamento y lo que es más grave, de gran
parte del Río de la Plata. Mi afirmación se funda en lo siguiente.
A.- En el Estudio de la Dinámica Hidro- semidentológica del Río de la
Plata, Proyecto Freplata RLA 99/G31 (pg. 25) se afirma “El viento es el
principal forzante de la circulación en el Río de la Plata, particularmente,
en su parte exterior y afecta la dinámica en todas las escalas”. Más
adelante, expresa, este informe, “Aproximadamente el 90% de la varianza
en la circulación barotrópica es debida a la variabilidad del viento en escala
sub anual” (pg.27) y agrega, “debido a la baja profundidad del Río de la
Plata, las corrientes en la parte estratificada responden rápidamente a los
cambios en el viento en todos los niveles, con un tiempo de respuesta entre
3 y 9 horas”.
B.- Es tan importante la acción de los vientos que ese estudio, respecto al
efecto “Coriolis”, expresa “Evidentemente, la circulación gravitacional es
muy pequeña en comparación con la señal dominada por el viento y la
marea que ocurre en este sistema” (pg.30).
B.- Por otra parte, por el carácter estuárico del Río de la Plata es frecuente
observar que las aguas oceánicas invaden el cauce del mismo que
normalmente, está ocupado por agua dulce y que lo mismo sucede a la
inversa. Obviamente, ello genera una contra corriente cuando el fenómeno
se produce de Este a Oeste.
C.- En cuanto a la eficacia del sistema de pretratamiento de las aguas a
verterse, el Profesor grado 5 de la Facultad de Ciencias de la UDELAR,
Director del Departamento de Ecología y Ambiente, Doctor en Tecnología
Ambiental y Gestión de Agua, Dr. Daniel Panario, es categórico en afirmar
que el sistema que se va a implementar de pretratamiento y depuración de
las aguas a verterse por ese emisor en el Río de la Plata “no sería suficiente
para eliminar sustancias como el fósforo y el nitrógeno”.
Incluso Pablo Luis Caballero que es un científico argentino, investigador e
integrante de la Fundación Integradora Latinoamericana Ambiental, en
declaraciones al Semanario Búsqueda publicadas el 22.10.2009, consultado
sobre si este emprendimiento podía afectar al Uruguay afirmó: “me
preocuparía” y más específicamente refiriéndose al proyecto en
pretratamiento dijo “ que comprende rejas para la retención de material
grueso y tamices de banda para eliminar sólidos que superan los 6
milímetros de diámetro, seguido de desarenadores y desengrasadores” y
agregó que las plantas de pretratamiento “simplemente hacen la retención
de arenas, sólidos voluminosos y algo de grasas, pero el resto sale,
concluyendo que el sistema “es insuficiente para que esos elementos
químicos lleguen al Río”.
D. Ahora bien, si el sistema de pretratamiento no elimina elementos
químicos como el nitrógeno y el fósforo, el vertimiento enorme que se va a
realizar diariamente sobre el Río de la Plata va a generar un área de caldo
de cultivo de las cianobacterias.
Al respecto, los científicos Sylvia Bonilla y Luis Aubriot, han afirmado
que las cianobacterias necesitan de minerales para crecer utilizando a esos
efectos el nitrógeno y el fósforo en gran cantidad generalmente disueltos en
el agua”. Bonilla y Aubriot agregan “Como las cianobacterias pueden
flotar gracias a vesículas de gas que contienen en las células, se acumulan
en la superficie y son transportadas por la acción del viento”.
Por ende, sin perjuicio de la acción de las corrientes, si el emisor
subacuático de Buenos Aires, arroja nitrógeno y fósforo a través del emisor
las cianobacterias así generadas van a ser transportadas no sólo por las
corrientes sino también por el viento por lo que una fuerte sudestada
seguramente podría afectar de este flagelo tóxico a las costas del
departamento de Colonia y a gran parte del Río de la Plata y a sus costas
adyacentes.
E) Personalmente estimo que no se trata de monitorear las aguas cloacales
e industriales después que comiencen a ser vertidas por este emisor
subacuático Se trata de que los 2 millones trescientos mil metros cúbicos
que se van a verter diariamente sean debidamente filtrados. Se trata de
verificar si el sistema que se está instalando en esta obra es o no eficiente o
que, por el contrario, puede generar una contaminación muy nociva. A esos
efectos estimamos indispensable que se lleve a cabo un, estudio de
consultoría independiente para verificar si los sistemas de pretratamiento y
filtrado son o no eficaces.
F) Otro aspecto de esta problemática que debe ser tomado en cuenta es lo
que resulta del informe del Banco Mundial, que es contundente de la
ligereza con que se ha actuado en esta materia. En efecto, en un informe de
fecha 27 de junio de 2019 (Matanza-Riachuelo Basin (MRB). Sustainable
Development Project Additional Financing. P. 171.197. ps. 13 y ss.), esa
Institución financiera internacional indicó que la decisión de elegir un bajo
o un alto nivel de tratamiento previo de los vertimientos fue objeto de
análisis, optándose por un bajo nivel de tratamiento de los efluentes en
razón de la “alta capacidad de oxigenación del Río de la Plata” y por
razones económicas.
Pero sucede que, primero no se ha evaluado debidamente ese poder de
oxigenación y segundo, el sistema aprobado de pretratamiento y filtrado no
da garantías para algunos elementos químicos gravemente contaminantes.
Para terminar, no se trata de impedir que la obra se lleve a cabo, se trata de
aventar cualquier posibilidad de que, como consecuencia de su
funcionamiento, se contamine severamente al Río de la Plata con efectos
totalmente imprevisibles que podrían perjudicar a los habitantes de ambas
márgenes del mismo.
Nuestra prédica no es la única, incluso, en la Argentina hay fuertes
detractores de este emprendimiento. El Embajador argentino Dr. Raúl
Estrada Oyuela, que es una autoridad en materia de Derecho Ambiental, en
una exposición que efectuó el pasado 19 del corriente formuló duras
críticas a la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) por la
falta de un estudio auditado de impacto ambiental de las descargas del
emisario y manifestó sobre la posibilidad de que un sector de la parte norte
de ciudad de Buenos Aires se conecte en el futuro al emisor que
analizamos.
El Embajador Estrada Oyuela destacó que la empresa AYSA (Aguas y
Saneamientos Argentinos S.A.) que es una empresa mixta de capitales
públicos en su mayoría y privados que lleva adelante este emprendimiento,
afirma que no se ha probado como sostiene que las aguas se procesarán
solas al pasar a presión por el conducto tubular” y que nunca se presentó un
estudio que fundamente esa afirmación.
Estrada Oyuela, como Caballero y como Panario sostienen que en una
planta de pretratamiento los líquidos pasan por filtros que retienen objetos
sólidos, incluyendo arenas y algunos aceites, pero mantienen en disolución
de elementos químicos de los efluentes industriales, coliformes fecales,
eschirichia coli y otras bacterias que requieren tratamiento primario y
secundaria para ser eliminadas.
Ahora el Presidente de la delegación uruguaya ante la CARP ha modificado
su planteo sosteniendo que se van a realizar tres monitoreos distintos, uno
de una comisión integrada por especialistas de la Facultad de Ciencias de
la UDELAR, otro de AYSA y el tercero, independiente. Paralelamente se
ha constituido una comisión mixta con delegados del Ministerio de
Ambiente y del Ministerio de Relaciones Exteriores que se ha reunido dos
veces…
Obviamente, si se va a monitorear con tanta intensidad la calidad de las
aguas a verterse en el Río de la Plata es porque se ha aventado la tesis
primaria de que el emisor no iba a contaminar y se admite ahora de que ello
puede suceder y que existe la necesidad de un monitoreo para determinar si
el emisor contamina o no después que empiece a funcionar.
Pero si se admite que existe esa posibilidad, la pregunta que le formulo al
Señor Ministro de Ambiente y al Señor Presidente de la delegación
uruguaya ante la CARP, es la siguiente: ¿Qué se va a hacer si una vez que
empiece a operar el emisor se comprueba que contamina? Es obvio que no
se puede parar el funcionamiento ¿por qué a dónde se podrían enviar los
millones de metros cúbicos de las aguas cloacales que diariamente se
estuvieran arrojando al Río? La contaminación va a continuar quién sabe
hasta cuándo. Siempre es mejor prevenir que curar, con la particularidad de
que en este caso, la curación es de muy difícil pronóstico.
Lo cierto es que si de ese triple monitoreo resulta, por ejemplo, que ciertos
elementos químicos no han sido debidamente filtrados y en razón de los
mismos se deteriora la biomasa de las especies ictícolas y se expanden las
cianobacterias afectando nuestras playas será el momento de identificar a
los responsables. Al gobierno argentino por no haber utilizado un sistema
que garantizase, con el pretratamiento y filtración de las aguas que se iban
a verter, que las mismas no iban a contaminar, al gobierno uruguayo por
haber aprobado y por haber sido omiso en tomar las medidas precautorias
necesarias y al Banco Mundial que, a sabiendas del bajo nivel de eficacia,
con ligereza, aceptó financiar un sistema de filtrado no confiable, cuando
uno de sus principios fundamentales refiere a la reducción de la
contaminación y a la protección del medio ambiente.