27 de octubre de 2024: Un escenario crucial y abierto. Cómo nos ven la prensa y agencias internacionales de noticias.
Las próximas elecciones generales en Uruguay serán un punto clave para definir el rumbo del país en los próximos años. El 27 de octubre de 2024, los uruguayos elegirán al nuevo presidente, vicepresidente, y renovarán la totalidad del Parlamento. Además, se decidirán posibles reformas constitucionales a través de plebiscitos. El contexto actual presenta desafíos relevantes y los medios internacionales han puesto el foco tanto en la disputa electoral como en las implicancias socioeconómicas de estos comicios.
1. Escenario político y candidatos principales
Con la imposibilidad de reelección inmediata del actual presidente, Luis Lacalle Pou, los principales partidos han presentado nuevas fórmulas para competir en estas elecciones. El Frente Amplio lidera las encuestas con un 44% de intención de voto, seguido por el Partido Nacional con un 24%, y el Partido Colorado con un 14%. Cabildo Abierto e independientes completan la oferta política, aunque con menor presencia.
Entre los principales contendientes están:
- Álvaro Delgado por el Partido Nacional, quien ha enfrentado dificultades internas al designar a Valeria Ripoll como su compañera de fórmula
- El Frente Amplio y otros sectores progresistas buscan recuperar el poder perdido en las elecciones anteriores, apelando al desgaste del gobierno actual y enfatizando temas sociales.
2. Rol decisivo de los indecisos y alianzas políticas
Uno de los aspectos más destacados de la contienda es el alto porcentaje de votantes indecisos, alrededor del 11%. Estos ciudadanos se distribuyen equitativamente entre diferentes edades, géneros y niveles socioeconómicos, pero hay una tendencia: cuanto mayor es el nivel educativo, menor es la indecisión. Solo el 8% de las personas con educación terciaria aún no ha definido su voto, mientras que en aquellos con educación primaria, la cifra asciende al 21%.
Además, las alianzas políticas jugarán un rol crucial. Si ningún candidato logra mayoría absoluta, será necesaria una segunda vuelta. La capacidad de los partidos de negociar alianzas será fundamental para consolidar el gobierno, ya que tanto el Frente Amplio como el Partido Nacional cuentan con votantes firmes, pero aún hay margen para cambios en los partidos minoritarios.
3. Temas clave en la campaña electoral
La agenda electoral ha estado marcada por temas como seguridad, empleo y economía, preocupaciones centrales para la ciudadanía. La inseguridad es especialmente relevante en Montevideo y entre los sectores más acomodados, mientras que el desempleo preocupa más en el interior y entre los sectores bajos y medios. Por otro lado, hay también un creciente debate sobre el atraso cambiario, que afecta a exportadores y productores rurales.
Un aspecto adicional es la votación simultánea de un plebiscito sobre la reforma de la seguridad social, impulsada por la central sindical PIT-CNT. Esto podría incentivar una mayor participación y polarización en el electorado, ya que involucra directamente los intereses de trabajadores y sectores jubilados.
4. Impacto internacional y seguimiento
Varios analistas internacionales consideran estas elecciones como un indicador del futuro político de Uruguay en un contexto regional cambiante. Las agencias de prensa subrayan que el modelo democrático del país ha sido estable, pero el desgaste de los gobiernos y las crecientes demandas sociales generan incertidumbre. Uruguay podría ver cambios en su orientación política, dependiendo de cómo los votantes respondan a los temas de la campaña y a la gestión de la actual coalición de gobierno.
Medios internacionales, como Prensa Latina y otros, destacan que los resultados podrían tener implicaciones también en el comercio regional y las relaciones internacionales, especialmente en temas como Mercosur y acuerdos bilaterales.
5. Posibilidades en la segunda vuelta y desafíos post-electorales
Si ningún candidato alcanza la mayoría necesaria en la primera vuelta, una segunda vuelta se celebrará en noviembre. En este escenario, será crucial cómo se reconfiguren las alianzas y qué partidos logren atraer a los votantes indecisos y aquellos que optaron por candidatos minoritarios en la primera ronda. Los desafíos post-electorales incluirán la necesidad de formar una coalición estable en el Parlamento, dado que ninguna de las fuerzas principales parece tener garantizada una mayoría absoluta.
Estas elecciones en Uruguay representan un momento crítico para el país, con el potencial de redefinir su dirección política y económica. La alta participación esperada, las alianzas entre partidos y el peso de los indecisos hacen que los resultados sean difíciles de predecir. Con una ciudadanía comprometida a través del voto obligatorio y un escenario político fragmentado, el 27 de octubre marcará el inicio de una nueva etapa con retos significativos por delante.
Estos comicios no solo determinarán la composición del nuevo gobierno, sino también el tipo de políticas que Uruguay adoptará para enfrentar los desafíos económicos y sociales del futuro inmediato.
Proyección regional de las elecciones uruguayas del 27 de octubre de 2024
El contexto electoral en Uruguay ha despertado gran interés en América Latina, dada la relevancia de las decisiones que emerjan de los comicios del 27 de octubre de 2024. Aunque Uruguay es uno de los países más estables en términos políticos, las elecciones tendrán un impacto regional significativo, sobre todo en el plano de la integración económica y en la relación del país con los bloques internacionales.
1. Impacto en la integración regional y Mercosur
Uruguay ha estado replanteando su estrategia dentro del Mercosur, el bloque comercial que comparte con Argentina, Brasil y Paraguay. La administración de Luis Lacalle Pou ha impulsado una política más abierta, explorando acuerdos bilaterales con terceros países como China, incluso al margen del bloque. La llegada de un nuevo gobierno podría alterar estas prioridades, dependiendo de si se mantiene la visión liberal del Partido Nacional o si el Frente Amplio, más favorable a una integración tradicional, toma el poder.
Brasil y Argentina, los socios más relevantes en la región, estarán atentos al resultado electoral. Uruguay ha sido un actor crítico dentro del Mercosur, y la orientación política de su próximo gobierno podría influir en las dinámicas internas del bloque, especialmente en momentos en que tanto Brasil como Argentina atraviesan sus propios procesos de redefinición política y económica.
2. Polarización y cambios en las alianzas regionales
La región ha experimentado en los últimos años una alternancia de gobiernos de izquierda y derecha, lo que ha fragmentado las alianzas tradicionales entre los países del Cono Sur. Un eventual triunfo del Frente Amplio en Uruguay podría consolidar un eje progresista con países como Chile y Colombia, favoreciendo la cooperación en áreas como derechos humanos, medioambiente y comercio justo.
Por otro lado, si el Partido Nacional logra continuar en el poder, es probable que Uruguay mantenga una línea de independencia pragmática, similar a la de los últimos años, buscando equilibrar las relaciones comerciales con potencias globales como China y Estados Unidos, mientras minimiza su dependencia del Mercosur.
3. Influencias económicas en el entorno regional
Uruguay es un referente en cuanto a estabilidad institucional y política económica en la región, lo que lo convierte en un socio clave para inversiones extranjeras. Las elecciones también impactarán las expectativas de empresarios y exportadores que operan en la región. Una orientación hacia un gobierno más intervencionista podría afectar las políticas fiscales y comerciales, influyendo en los flujos de inversión extranjera hacia el país y en los acuerdos comerciales vigentes.
4. Relevancia del contexto social y nuevas demandas ciudadanas
El ciclo electoral uruguayo también se inserta en una creciente demanda ciudadana en la región por mayor transparencia, inclusión y combate a la corrupción. La forma en que el nuevo gobierno de Uruguay enfrente estos temas podría marcar un camino para otros países latinoamericanos, especialmente en lo relativo a reformas institucionales y gestión de recursos públicos.
El seguimiento internacional de las elecciones uruguayas refleja no solo el interés por el resultado inmediato, sino también por los procesos subyacentes: los desafíos económicos, el papel del Estado y las expectativas sociales que son comunes a varios países del continente.
Las elecciones del 27 de octubre en Uruguay no solo definirán el futuro del país a nivel interno, sino que tendrán un efecto importante en la región. La orientación del nuevo gobierno impactará en la estrategia dentro del Mercosur, las alianzas bilaterales y la integración regional en un momento clave para América Latina. Por ello, varios actores internacionales están atentos al desenlace, conscientes de que Uruguay podría consolidarse como un modelo de estabilidad y eficiencia democrática en un contexto regional complejo.
Repercusiones en el comercio regional
Las elecciones presidenciales de Uruguay del 27 de octubre de 2024 podrían tener un impacto significativo en el comercio regional, especialmente a través de su influencia en la dinámica del Mercosur y las relaciones comerciales con socios estratégicos. Uruguay, al ser una economía más estable que Argentina y Brasil, enfrenta desafíos particulares: su mercado interno es limitado y depende de acuerdos externos para seguir creciendo. La búsqueda de mayor apertura comercial y flexibilización dentro del Mercosur es clave para su proyección futura.
Uruguay ha manifestado su interés en profundizar la integración regional como zona de libre comercio, superando algunos objetivos más ambiciosos, como la unión aduanera completa. Sin embargo, las tensiones entre los países miembros, especialmente la falta de diálogo fluido entre Argentina y Brasil, dificultan el avance del bloque en temas clave como la negociación con China y la modernización de la infraestructura logística en la región
Además, los resultados electorales podrían influir en la capacidad del próximo gobierno para impulsar acuerdos comerciales diferenciados, permitiendo a Uruguay negociar en distintos ritmos y reforzar alianzas más allá de la región. Esto es particularmente relevante, ya que el país ha promovido iniciativas para reducir su dependencia de los mercados internos sudamericanos y explorar mercados globales, como China o la Unión Europea
En términos de comercio regional, la transición política podría redefinir la relación de Uruguay con el Mercosur, especialmente si opta por avanzar en acuerdos bilaterales o por flexibilizar las reglas del bloque. Esta postura podría abrir nuevas oportunidades, pero también generaría fricciones con sus vecinos si no se gestiona adecuadamente la cooperación intrarregional
En resumen, el impacto de las elecciones va más allá del ámbito interno, ya que el próximo gobierno deberá equilibrar la necesidad de crecimiento económico con las complejidades políticas del Mercosur, todo ello en un contexto de cambios en la geopolítica global.
La relación de Uruguay con China y las elecciones de 2024
Las próximas elecciones en Uruguay del 27 de octubre de 2024 tendrán una repercusión directa sobre la política comercial y la relación estratégica del país con China. En los últimos años, Uruguay ha buscado fortalecer los vínculos comerciales con la potencia asiática, explorando la posibilidad de un tratado de libre comercio (TLC) de forma bilateral, lo que ha generado tensiones dentro del Mercosur, donde la aprobación de acuerdos internacionales suele ser coordinada entre todos los miembros
1. Uruguay y la apertura comercial hacia China
Durante el gobierno de Luis Lacalle Pou, Uruguay adoptó una postura de apertura para negociar directamente con China, buscando reducir la dependencia del Mercosur y expandir mercados para productos nacionales, especialmente en los sectores agrícola y ganadero. Sin embargo, esta estrategia de negociación individual ha generado fricciones con Brasil y Argentina, quienes han argumentado que los acuerdos bilaterales podrían debilitar la cohesión del bloque
La política hacia China es un tema clave en las elecciones:
- Si el Partido Nacional continúa en el poder, es probable que Uruguay mantenga su interés en avanzar con un TLC con China, buscando flexibilizar las reglas del Mercosur.
- En caso de que el Frente Amplio retome el gobierno, podría haber un giro hacia una postura más alineada con los principios tradicionales del Mercosur, priorizando la integración regional antes que acuerdos bilaterales individuales
2. Impacto económico de la relación con China
China es el principal destino de las exportaciones uruguayas, particularmente en rubros como carne, soja y lácteos. Un TLC con China podría consolidar y ampliar estos vínculos comerciales, pero también plantea desafíos para la industria local, que podría enfrentarse a una mayor competencia por parte de productos chinos en el mercado interno
Además, desde una perspectiva geopolítica, la profundización de las relaciones con China posiciona a Uruguay en un contexto estratégico clave. Las tensiones comerciales globales, especialmente entre China y Estados Unidos, obligan a los países de América Latina a gestionar sus alianzas con cuidado, y las elecciones determinarán si Uruguay apuesta por una mayor independencia comercial o prioriza la estabilidad regional
3. Dilemas y desafíos dentro del Mercosur
Uno de los principales obstáculos en la relación con China es la política interna del Mercosur, donde Brasil ha mostrado reticencias a avanzar en negociaciones individuales. Sin embargo, el próximo gobierno uruguayo podría intentar encontrar un punto medio, promoviendo negociaciones en diferentes ritmos dentro del bloque para no perder la oportunidad de fortalecer sus lazos con la economía china
Conclusión:
La política exterior hacia China será uno de los ejes fundamentales que definirá el próximo gobierno uruguayo. Las decisiones que se tomen tras las elecciones de 2024 tendrán un impacto profundo, no solo para Uruguay, sino también para la región, al influir en las dinámicas del Mercosur y en la inserción estratégica del país en la economía global.
La relación con Venezuela, Nicaragua y los paises con gobiernos alineados al Foro de Sao Paulo
En las próximas elecciones de Uruguay el 27 de octubre de 2024, se prevé que el resultado influirá en sus relaciones diplomáticas con gobiernos alineados al Foro de Sao Paulo, como Venezuela, Nicaragua y Cuba. Actualmente, Uruguay ha mantenido una postura crítica hacia estos regímenes, especialmente en foros internacionales como la OEA. El gobierno uruguayo ha señalado preocupación por la falta de transparencia en los procesos electorales en Venezuela, lo que refleja una clara distancia con la narrativa del chavismo y sus aliados regionales.
De cara al futuro, si la coalición oficialista en Uruguay, que ha adoptado posturas críticas hacia estos gobiernos, mantiene el poder, es probable que la presión y el distanciamiento con regímenes como el venezolano se acentúen. En cambio, si la oposición liderada por el Frente Amplio, que históricamente ha mostrado mayor simpatía hacia estos gobiernos, triunfa, podría implicar un cambio en la política exterior hacia un tono más conciliador o de no intervención.
Uruguay ha participado activamente en declaraciones regionales junto a países como Argentina y Perú, instando a una democratización efectiva en Venezuela y criticando la situación en Nicaragua. Esto evidencia que las elecciones en Uruguay podrían tener un impacto en la orientación geopolítica del país y su alineamiento o distanciamiento con bloques como el Foro de Sao Paulo

Declaración de Apoyo al Proceso Democrático en Uruguay
Desde la perspectiva del principio de libertad democrática y el respeto por los valores fundamentales de los derechos humanos y el Estado de derecho, declaramos nuestra total atención y respaldo al proceso electoral que se desarrolla en Uruguay el próximo 27 de octubre de 2024.
El ejercicio libre y transparente del sufragio es pilar fundamental de cualquier democracia saludable. La historia democrática uruguaya ha demostrado un firme compromiso con la alternancia pacífica del poder, la participación activa de la ciudadanía y el fortalecimiento institucional, sirviendo como un modelo en la región y a nivel global. Por tanto, alentamos:
- A las autoridades nacionales y electorales a garantizar elecciones libres, justas y transparentes, asegurando igualdad de condiciones para todos los candidatos y la plena vigencia de las normas electorales.
- A los ciudadanos y sectores políticos a participar activamente en el proceso con civismo y responsabilidad, promoviendo el respeto mutuo, el diálogo y el espíritu de cooperación.
- A la comunidad internacional a brindar su apoyo, supervisión y reconocimiento al resultado que refleje la voluntad soberana del pueblo uruguayo. Este respaldo es clave para mantener la legitimidad del proceso democrático, así como para consolidar las instituciones democráticas del país.
Expresamos nuestra confianza en que este proceso reafirmará los principios de libertad, pluralismo y participación que distinguen a Uruguay.
Las elecciones de octubre representan no solo una oportunidad para la renovación de liderazgos políticos, sino también una afirmación del compromiso con los valores democráticos que deben seguir guiando a Uruguay hacia el futuro, promoviendo el bienestar y la inclusión de toda su sociedad.
«Libertas» se enorgullece de ser observadora y promotora de los procesos que aseguran la libertad y la participación activa de los ciudadanos, y permanecerá atenta a cualquier desafío que pueda surgir, dispuesta a colaborar en el fortalecimiento del orden democrático y la paz social.