Spread the love

EN BASE A ARTICULO PUBLICADO EN EL OBSERVADOR por Luis Calabria.

ANALISIS DE LIBERTAS

El texto presenta un análisis crítico sobre las políticas de seguridad y sociales implementadas en Uruguay durante los gobiernos del Frente Amplio y las posteriores acciones de la actual administración. Se enmarca en el contexto de una frase popularizada por Tony Blair en 1993 y utilizada en campaña por Tabaré Vázquez: «Ser duros con el delito y más duros con las causas del delito.» Este principio, según el autor, no fue cumplido por el Frente Amplio, destacando deficiencias en áreas clave como políticas sociales, educativas, la rehabilitación carcelaria y el manejo de la represión.

Entre los puntos señalados sobre el Frente Amplio, el texto menciona:

  • Falta de una política social que promoviera autonomía en lugar de dependencia.
  • No concretar una reforma educativa necesaria, limitada por conflictos con los gremios.
  • Deficiencias en la mejora del sistema carcelario y en su rol rehabilitador.
  • Incremento de los delitos, incluyendo homicidios y rapiñas.

Por otro lado, se resalta el trabajo de la administración actual, destacando:

  • Fortalecimiento de la Policía mediante la Ley de Urgente Consideración (LUC).
  • Reapertura de unidades policiales, modernización de equipamiento y flotas.
  • Aumento en el uso de tecnología, como cámaras de videovigilancia.
  • Éxitos en el combate al narcotráfico, con récords de incautaciones y condenas.
  • Creación de estructuras especializadas para el lavado de activos y el crimen organizado.

El texto concluye señalando que, aunque se han dado pasos en la reducción de delitos, el desafío a largo plazo radica en trabajar sobre las causas de la violencia y el crimen, integrando políticas sociales, educativas, laborales y culturales. También destaca la alta incidencia de jóvenes en conflicto con la ley, reflejo de una carencia de políticas de contención y oportunidades en el pasado.

Este análisis plantea la importancia de un enfoque integral en seguridad, donde prevención y represión vayan de la mano, y las políticas sociales jueguen un papel clave en la construcción de una sociedad más segura y equitativa.

Las políticas sociales no son, ni deben ser, patrimonio exclusivo de una ideología política, ya sea de izquierda o progresista. Estas políticas trascienden las etiquetas partidarias y se convierten en una necesidad fundamental para cualquier gobierno que valore el desarrollo real del ser humano y busque garantizar las condiciones mínimas de dignidad para toda la población. Invertir en educación, salud, vivienda, empleo y seguridad social no es un acto de propaganda ideológica, sino una obligación ética y práctica de quienes administran los recursos del Estado. Estas acciones, correctamente implementadas, promueven la autonomía de los ciudadanos, fortalecen el tejido social y contribuyen al desarrollo sostenible de una nación.

Los gobiernos que piensan en el bienestar integral de su gente deben diseñar políticas sociales que no fomenten la dependencia, sino que sirvan como herramientas para que las personas puedan alcanzar su máximo potencial. Esto requiere un enfoque serio y responsable, que priorice a los más vulnerables sin caer en paternalismos, y que considere a las políticas sociales como una inversión en el futuro de la sociedad, no como un gasto. La dignidad humana, el acceso equitativo a oportunidades y la promoción del desarrollo personal y colectivo son valores universales que trascienden cualquier color político, reflejando el compromiso de un gobierno con sus ciudadanos y con el fortalecimiento del contrato social.

La disyuntiva que enfrentamos es clara: nada en las propuestas programáticas del Frente Amplio indica que, de regresar al gobierno, cambiarían su enfoque respecto a los problemas sociales, educativos y de seguridad que marcaron su gestión anterior. Sus planteamientos sugieren una continuidad de las mismas estrategias que demostraron ser insuficientes, limitándose a medidas que fomentan la dependencia en lugar de la autonomía y sin abordar con decisión las reformas necesarias para el desarrollo del país. Esto no solo significaría un estancamiento, sino un retroceso en áreas clave donde ya hemos comenzado a avanzar con firmeza.

El 24 de noviembre, la elección no es entre partidos, sino entre retroceder hacia modelos fallidos o seguir avanzando hacia un progreso real. Este progreso solo es posible defendiendo valores fundamentales como la Libertad, la República y la Democracia, principios que la COALICION REPUBLICANA encarna y promueve con hechos y no solo con discursos.

Es el momento de optar por un gobierno que garantice desarrollo sostenible, inclusión social basada en la dignidad humana y una gestión responsable que proyecte al Uruguay hacia el futuro, dejando atrás el populismo y las políticas que han demostrado no estar a la altura de los desafíos del presente.

LIBERTAS, por la Libertad, la Democracia y la República

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *