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La libertad (en latín: libertas, -ātis) en sentido amplio es la capacidad humana de obrar según la propia voluntad. … La quinta acepción del término define la libertad en los Estados democráticos como «derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.».

Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.)
Para el filósofo estagirita, la idea de libertad viene ligada a la esencia misma de ser humano. La libertad aristotélica reconoce a la persona la capacidad para decidir libremente y de manera racional frente a una amplia gama de opciones previamente ofrecidas, incluso, la facultad de actuar según la decisión que haya tomado.9
Se desprende de esta definición la importancia capital de la educación. Pues una voluntad libre, que no es otra cosa que nuestra capacidad volitiva de tomar decisiones importantes en nuestras vidas, es el resultado de un proceso educativo y vivencial. Por ende esa voluntad es el resultado acabado de un proceso de formación de nuestro pensamiento.
Para vivir en Democracia tenemos que ser educados para comprenderla, analizarla y conocerla en su compleja historia moderna y contemporánea. Para desarrollar ciudadanos que sean útiles a un proyecto democrático de progresos económicos, culturales, sociales, intelectuales… debemos entender que hay un espíritu de libertad que no puede estar en tela de juicio o ser material de doctrinas ideológicas, más que de sistemas de pensamiento acerca de la condición humana.
Si bien Aristóteles no contempló una definición concreta de libertad, lo cierto es que ofreció una idea básica de ella a través del zoon politikon (animal político).10
En su obra clásica intitulada La política, planteó que el hombre es político por naturaleza y, por ende, debe ser libre, es decir, no estar sometido a la potestad de alguien más, por lo que la persona sujeta a la esclavitud o cautiva no tiene esa naturaleza por estar impedido para participar en la vida social mediante la expresión de sus propias ideas y decisiones.
La garantía de que hablamos también tiene presente aspectos morales y la concepción de la ética en cada ser humano, elementos que adquieren relevancia si recordamos que Aristóteles sostuvo que la ética sería nada si no tuviéramos en determinado momento la capacidad de ejercerla de manera racional y acorde a nuestros principios; decidiendo y deliberando. De esa manera, la forma de actuar de cada ser humano, según el autor en estudio, está ligada a su moralidad y a la rectitud de sus actos de ejecución.
Sin embargo, el ejercicio de la libertad no lleva implícita la facultad de actuar de la manera que se desee, pues aun cuando exista racionalidad, el sujeto debe atender a factores o circunstancias que pueden advertirse como limitantes, que si bien no limitan a la libertad de manera absoluta, sí acotan el campo de acción de cada ser humano que debe ceder ante tales presupuestos. Mi libertad termina, donde empieza la de los demás. La libertad es el respeto irrestricto a la decisión del otro, nos dice el economista argentino Milei.
Un individuo no puede, en ejercicio de sus libertades, tener mayores posibilidades, beneficios o prerrogativas que los demás seres humanos en su misma situación.

La libertad en el pensamiento liberal
La condición esencial para que las ideas o las teorías adquieran vigencia y logren el impacto deseado, es que partan de elementos convincentes y reales para lograr que los principios básicos de la idea o teoría, sean considerados como máximas de aplicación en la vida cotidiana y estén lejos de incurrir en planteamientos utópicos.
Con base en esa tendencia, los individuos tendrán la oportunidad de desenvolverse y tener una participación activa en la vida política con certeza de que el Estado respetará y garantizará en todo momento sus derechos. Veamos cuáles son los pensadores que en el plano moderno y contemporáneo estudian la libertad aplicada al servicio del individuo y su entorno.

  1. John Locke (1632-1707)
    El filósofo Inglés de Wrington,19 es un contractualista moderno de corte iusnaturalista, cuyo pensamiento defiende la idea de un poder estadual limitado y pone a la libertad por encima de todo. A diferencia de Hobbes, quien planteaba que a través de un contrato social cada uno de los individuos cedería sus libertades en favor de un soberano que se encargaría de sacarlos del estado de naturaleza o de guerra de «todos contra todos», y que los dejaba sin la posibilidad de decidir, incluso, sobre su propia vida,20 Locke propone que se siga la idea del contrato, pero esta vez limitado por el respeto a los derechos de todos, pues el surgimiento del soberano derivó de la necesidad de solucionar conflictos en razón de la propiedad, no de decisión sobre la vida y libertad de los individuos.
    Si bien John Locke tiene en consideración las teorías pronunciadas por Aristóteles y Tomás Moro, lo cierto es que con él surge la idea del poder como un límite negativo de la libertad cuando es impuesto de manera arbitraria o inconsciente de la condición natural de ser humano libre. A decir de este autor, quien tiene el poder absoluto es amo de los demás y en un esquema liberal, la intención es limitar al poder para proteger el ejercicio racional de la libertad.
    Locke identifica a la libertad como un valor supremo que está por encima de cualquier otro derecho. Nos dice que no es legítimo sacrificar las libertades del individuo para otorgarle mayor poder al Estado, pues éste debe estar siempre limitado, así se desprende de la propia teoría de Montesquieu sobre la división de poderes. Estos mismos principios profundizará Emmanuel Kant.
    Así, el pensamiento liberal de libertad se caracteriza por ser la base de la legitimación del poder y la condición de legitimidad del mismo en aras de preservar derechos. Con ese margen, el liberalismo ha tenido dos tendencias, aquella que se refiere al plano político y la que se ocupa de analizar el ámbito económico. No obstante, ambas ramas tienen su origen en la obra de John Locke y aún existe discusión sobre si pueden separarse o tienen que ir juntas.
    El liberalismo político sostiene la necesidad de limitar al poder del Estado para garantizar derechos y libertades, mientras que el liberalismo económico sostiene al derecho a la propiedad privada por encima de todo. Dicen algunos autores algo desinformados desde la teoría económica, porque el liberalismo lo que nos dice que la producción o creación de riquezas proviene de la propiedad privada como epicentro de la acción libre de los individuos.

El Pluralismo de Locke

La visión de tolerancia en Locke es de naturaleza política y requiere que se reconozca a la libertad como factor indispensable para tener ideas y manifestarlas, así como el derecho a creer en lo que se quiera. De hecho, parte de ese iusnaturalismo antiguo se sostiene en la idea de que Dios creó a todos iguales y con dignidad de tener los mismos derechos. Incluso, cuando Locke habla del derecho de propiedad también menciona a la igualdad, a la dignidad y a la vida; su concepto de propiedad es más amplio que el de la tenencia de bienes.22
La obra de Locke lo potencializa como el padre del liberalismo moderno,23 entendido como el poder limitado por los derechos. Dice que hay un estado de naturaleza real y que los hombres en ese estado son iguales, libres, tienen propiedad, son independientes, viven en relativa paz y tienen que razonar en pro de sus semejantes y de sus relaciones.
Artículo 7º de nuestra constitución formula este principio liberal de John Locke. Nuestra Constitución es en verdad un tratado filosófico de Democracia Liberal, algo alterado en las reformas de su régimen electoral. Un tratado filosófico que se hizo carta magna, por ende asumió naturaleza jurídica configurando la naturaleza y el carácter de nuestro país: República Oriental del Uruguay.
Artículo 7°. Los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad. Nadie puede ser privado de estos derechos sino conforme a las leyes que se establecieron por razones de interés general.
Artículo 8º Artículo 8°. Todas las personas son iguales ante la ley no reconociéndose otra distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes.

Artículo 72 Sección II
La enumeración de derechos, deberes y garantías hecha por la
Constitución, no excluye los otros que son inherentes a la personalidad humana o se derivan de la forma republicana de gobierno.
SECCION XIX – DE LA OBSERVANCIA DE LAS LEYES ANTERIORES
DEL CUMPLIMIENTO Y DE LA REFORMA DE LA PRESENTE CONSTITUCION

CAPITULO IV
Artículo 332
Los preceptos de la presente Constitución que reconocen derechos a los individuos, así como los que atribuyen facultades e imponen deberes a las autoridades públicas, no dejarán de aplicarse por falta de la reglamentación respectiva, sino que ésta será suplida, recurriendo a los fundamentos de leyes análogas, a los principios generales de derecho y a las doctrinas generalmente admitidas.

Entonces los orientales tenemos que estar bien informados respecto a estas prerrogativas libertarias de nuestra hermosa constitución. Y la pregunta es: Podemos ser libres si se comprometen recursos multimillonarios del país, y recursos naturales en pos de contratos con empresas multinacionales como UPM a espaldas del pueblo. Podemos ser un pueblo libre, si se nos miente en cuanto a la calidad de la enseñanza cooptada por una doctrina de hegemonía cultural del izquierda rompiendo ilegalmente con el principio de laicidad. Podemos ser un pueblo libre si se nos miente o se nos oculta información sobre los actos administrativos corruptos que fundieron Ancap y hoy siguen en Lobby sindico político generando supuestas reivindicaciones porque se desmonopoliza el refinado y suministro de combustibles en el mercado de usuarios de nuestro país.
Podemos ser libres con recursos naturales hermosos y vitales, ante el inminente proceso de contaminación y depredación de nuestras aguas, de nuestra flora, fauna y riquezas de montes nativos como de recursos pesqueros. Llámese UPM, el fallido proyecto impulsado por el gobierno de José Mujica sobre Aratirí. Y el dispensador subacuático que se construye desde Buenos Aires y tirará millones de metros cúbicos de efluentes cloacales y metales pesados, desde las industrias de una planta urbana de 6 millones y medio de habitantes.
Podemos ser libres, si se nos divide como sociedad entre ideologías que se plantean irreconciliables, porque el nuevo marxismo, como todo el marxismo, nada tiene que ver con el proyecto de desarrollo de democracias liberales construido en Occidente desde los pensadores de la modernidad que hemos repasado, y las revoluciones libertarias, como la de EEUU. Francia. Inglaterra y luego las de nuestros países latinoamericanos. Podemos ser libres si en el sistema educativo, a los niños ya en la escuela no se les explica con claridad y didáctica que es una república, que es la democracia, cuáles son nuestros derechos y deberes…
Podemos ser libres si se plantea una hegemonía cultural que discrepa profundamente con conceptos esenciales a la libertad individual como el derecho de propiedad, y la familia como eje central del amparo y protección del Estado de Derecho.

Y otro gran punto de este esencial asunto de la libertad en el Estado de Derecho.

Nos dice John Locke:

El hombre naturalmente se sale de ese estado de naturaleza real cuando surge algún conflicto y necesita de alguien imparcial que decida si la conducta está bien o mal, actividad comúnmente otorgada al Estado. Locke opina que se sale de ese estado de naturaleza a través de dos contratos: a) el que crea a la sociedad y se llama pacto societatis, esto es, una Commonwealth, y b) el pacto de sumisión política para crear a la autoridad.
Qué pasa si esa Justicia, uno de los tres poderes del estado, que nos debe dar la garantía de vivir bajo nuestras libertades y derechos, es deficiente por calidad técnica y ética.
En los últimos años, décadas más precisamente no se ha visto una Justicia que contradiga grandes emprendimientos del gobierno central, vale decir, El Poder Ejecutivo.

La existencia de esos dos pactos no implica renunciar a nuestros derechos naturales, los cuales se van a conservar como límites al poder del gobernante; nuestra libertad y propiedad se conserva y el único derecho al que vamos a renunciar será al de hacer justicia por propia mano, entendida por Locke como justicia privada. Va a existir una autoridad, una ley que nos limita el actuar, un juez que sentencia la conducta y un poder que aplica las sentencias, es decir, la civilización del conflicto para pacificar la convivencia, saliendo así del estado natural y los derechos naturales para inspirar la creación de los derechos positivos.
No sólo no somos libres si perdemos la soberanía de nuestros recursos naturales, sino también si perdemos la soberanía de nuestros conocimientos básicos de República y Democracia y que es lo que nos dicta nuestra Constitución.

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