Se cerró un período de incertidumbre. La reforma constitucional es un mecanismo extremo que debe ser utilizado con mayor cuidado por la clase polìtica.
La reforma constitucional en Chile tuvo su episodio decisivo este 17 de diciembre, cuando los chilenos acudieron por segunda vez a las urnas para pronunciarse sobre el texto propuesto por el Consejo Constitucional. Este nuevo intento buscaba reemplazar la Constitución vigente desde 1980, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet.
A diferencia del primer proyecto constitucional, rechazado por la ciudadanía en septiembre de 2022, el nuevo texto fue elaborado por un Consejo Constitucional con inclinaciones hacia la derecha. Sin embargo, según diversas encuestas, tampoco parecía contar con el respaldo mayoritario de la población.
Antecedentes
La idea de una nueva constitución en Chile surgió como uno de los legados del «estallido social» de finales de 2019. En respuesta a este contexto, el presidente Sebastián Piñera convocó un referéndum para octubre de 2020, donde triunfó el «Sí» con un respaldo del 78%. Esto condujo a la conformación de una Convención Constitucional para cambiar la actual Constitución Política del país, la cual fue redactada en junio de 2021 por una asamblea constituyente de mayoría izquierdista.
A pesar del apoyo del entonces presidente izquierdista Gabriel Boric, la propuesta, que incluía ampliaciones en derechos sociales, regulaciones ambientales y mayor participación gubernamental en programas de bienestar social, fue rechazada con casi el 62% de los votos. Tras este resultado, Boric se comprometió a iniciar un nuevo proceso para redactar una nueva Constitución, contando esta vez con el apoyo de los partidos políticos y del Congreso.
Aspectos polémicos del nuevo texto
Aborto e igualdad de género
El nuevo texto propuesto introdujo cambios en temas como la interrupción voluntaria del embarazo, generando controversias. La formulación sustituyó la expresión «la ley protege la vida de quien está por nacer» por «la ley protege la vida de quien está por nacer», abriendo la puerta a discusiones sobre la derogación de la ley que permite el aborto en tres causales. Además, la inclusión de la «objeción de conciencia» podría dificultar el acceso a esta práctica. Aunque se incluyó la paridad de entrada, garantizando igual cantidad de candidaturas de mujeres y hombres, no se aseguró la paridad de salida.
Migración
En materia de migración, la propuesta habilitó la expulsión de inmigrantes ilegales, estableciendo condiciones y procedimientos para ello. Esta medida, considerada popular pero polémica, buscó abordar el problema de la inmigración irregular e ilegal en el norte del país y su supuesto impacto en el aumento de la delincuencia.
Vivienda
En relación al acceso a la vivienda, el nuevo texto promovió «acciones tendientes a la satisfacción progresiva de este derecho» y eliminó el pago de impuestos sobre la vivienda. Esta última medida generó preocupaciones, ya que afectaría la financiación de las comunas y se percibió como un beneficio mayoritariamente para los sectores de mayores ingresos.
Pueblos originarios
La nueva Constitución reconoció a los pueblos indígenas, respetando y promoviendo sus derechos individuales y colectivos. Sin embargo, los reconoció «como parte de la Nación chilena, que es una e indivisible», generando tensiones con la comunidad mapuche y mencionando el tema del terrorismo en varias instancias.
Salud, educación y pensiones
En estos ámbitos, el nuevo texto no introdujo cambios significativos en comparación con la Constitución vigente. Se mantuvo un esquema mixto en salud y educación, y se reforzó el sistema de pensiones actual, descartando la posibilidad de un sistema de reparto.
Implicaciones de los cambios propuestos
Tras el rechazo en 2022 de la Constitución progresista, el nuevo texto propuesto ha generado diversas interpretaciones sobre su impacto.
Para algunos, no introduce cambios tan significativos en comparación con la Constitución vigente, siendo percibido como más moderado. Otros consideran que, en caso de aprobarse, reafirmaría y radicalizaría la Constitución de Pinochet del 80, profundizando el modelo neoliberal.
El escenario post-plebiscito es incierto.
La posibilidad de cerrar un ciclo político, cultural, social y económico de incertidumbre está en juego, y el futuro político de Chile dependerá de los resultados de este proceso democrático.
Lo que dice la prensa chilena
Chile volvió a rechazar un proyecto de nueva Constitución, ya que el «En Contra» obtuvo el 55% de los votos en el plebiscito del pasado domingo.
Según el último conteo del Servicio Electoral de Chile, con el 98.61% de las mesas escrutadas, el «A Favor» alcanzó el 44%. La jornada transcurrió de manera tranquila, según el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, con votantes expresando su satisfacción por la rapidez en la que pudieron ejercer su derecho.
Tras el cierre de las mesas, el gobierno mostró nerviosismo, pero al conocer los resultados, los ánimos se enfocaron en definir el formato en el cual el presidente Gabriel Boric se referiría a los resultados electorales. La opción «En Contra» resultó victoriosa en 13 regiones del país, con el «A Favor» ganando solo en el Maule, Ñuble y La Araucanía.
Las reacciones no se hicieron esperar. Javier Macaya, presidente de la Unión Democrática Independiente (UDI), reconoció el triunfo del «En Contra» y señaló que refleja «un cansancio constitucional que tiene nuestro país». Afirmó que, por segunda vez, los chilenos ratifican el actual texto constitucional, expresando que «Chile no quiere cambios constitucionales ni refundaciones».
En la misma línea, la vocera del «En Contra», Carolina Leitao, destacó la responsabilidad que les deja esta victoria y la necesidad de trabajar en conjunto para lograr acuerdos. Subrayó que la gente demanda más acuerdos y menos disputas.
Por otro lado, Rojo Edwards, exdiputado y exrepublicano, proclamó de manera contundente que «hemos enterrado la propuesta de Estado Socialista de Derecho». Enfatizó que se rechaza la idea de grupos privilegiados y de documentos extranjeros sin proceso democrático fundamentando decisiones judiciales, afirmando que la votación hizo a Chile más libre.