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Los neuroderechos son un nuevo marco jurídico internacional de derechos humanos destinados a proteger el cerebro humano y su individualidad de un uso irresponsable de las nuevas tecnologías. La neurociencia y la neurotecnología han avanzado considerablemente en las últimas décadas, permitiendo acceder, manipular y modificar la actividad cerebral y sus correlatos mentales. Estos avances plantean importantes desafíos éticos, sociales y legales, ya que pueden afectar a aspectos fundamentales de la persona, como la identidad, la privacidad, la libertad, la igualdad y la dignidad.

Los neuroderechos buscan garantizar que el uso de las neurotecnologías respete y promueva los valores y principios que sustentan los derechos humanos, y que se eviten los riesgos y abusos que podrían derivarse de su aplicación indebida. Algunos de los riesgos potenciales son: la violación de la intimidad mental, la alteración de la personalidad, la coerción o el condicionamiento de la conducta, la discriminación o la exclusión social, el daño físico o psicológico, o el sesgo o la manipulación algorítmica.

Los neuroderechos se basan en el reconocimiento de que el cerebro es el órgano que sustenta la mente, y que la mente es el ámbito donde se desarrollan las capacidades y facultades que definen a la persona como tal. Por tanto, el cerebro y la mente son merecedores de una especial protección jurídica, que asegure el respeto a la autonomía, la integridad y la dignidad de la persona. Los neuroderechos se pueden clasificar en cinco tipos, según el artículo de Yuste et al. (2021)1:

  • El derecho a la identidad, o la capacidad de controlar nuestra integridad física y mental, y de preservar nuestra identidad personal y social frente a posibles cambios inducidos por las neurotecnologías.
  • El derecho a la agencia, o la libertad de pensamiento y el libre albedrío para elegir las propias acciones, sin interferencias o influencias externas que puedan coartar o condicionar nuestra voluntad.
  • El derecho a la privacidad mental, o la capacidad de mantener los pensamientos protegidos contra la divulgación, el acceso o el uso no autorizado por parte de terceros, ya sean individuos, empresas o gobiernos.
  • El derecho a un acceso justo al aumento mental, o la capacidad de garantizar que los beneficios de las mejoras en la capacidad sensorial y mental a través de la neurotecnología se distribuyan de manera justa en la población, evitando la creación de brechas o desigualdades sociales o económicas.
  • El derecho a la protección contra el sesgo algorítmico, o la capacidad de garantizar que las tecnologías no introduzcan prejuicios, discriminaciones o manipulaciones en la información o en los procesos cognitivos, y que se respeten los principios de transparencia, explicabilidad y responsabilidad.

Los neuroderechos son, por tanto, una propuesta innovadora y necesaria para afrontar los retos que plantean las neurotecnologías en el siglo XXI. Su reconocimiento y regulación contribuiría a asegurar el respeto y la promoción de los derechos humanos, y a prevenir los posibles daños o amenazas que podrían derivarse de un uso inadecuado o malintencionado de estas tecnologías. Los neuroderechos son, en definitiva, una forma de proteger y potenciar las libertades individuales y colectivas en la era de la neurociencia y la neurotecnología.

La pregunta obligada en este estado de evolución es: ¿Es necesario crear nuevos derecho debido al avance tecnológico?

No se puede tener una respuesta única ni definitiva.

Se puede argumentar que la creación de nuevos derechos es necesaria para adaptarse al avance tecnológico y garantizar la protección de la dignidad humana y de los valores democráticos.

Algunos autores han propuesto la idea de los neuroderechos, que son derechos humanos destinados a proteger el cerebro y la mente de las posibles amenazas o abusos que podrían derivarse del uso de las neurotecnologías, como la inteligencia artificial, la neuroimagen o la estimulación cerebral. 

Otros autores han defendido la necesidad de reconocer y regular los derechos digitales, que son derechos humanos aplicados al entorno virtual, donde se desarrollan cada vez más actividades sociales, económicas y culturales. 

Estos derechos abarcan aspectos como el derecho al olvido en internet, el derecho a la desconexión en internet, el derecho al legado digital, el derecho a la libertad de expresión en la red, el derecho a la identidad personal digital, el derecho a la privacidad en entornos tecnológicos, el derecho a la transparencia y responsabilidad en el uso de algoritmos, el derecho a disponer de una última instancia humana en las decisiones de sistemas expertos, el derecho a la igualdad de oportunidades en la economía digital, el derecho a las garantías de los consumidores en el comercio digital, el derecho a la imparcialidad de la red y el derecho a que ésta sea segura.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo el avance tecnológico plantea nuevos desafíos y oportunidades para los derechos humanos, y de cómo es necesario crear nuevos marcos jurídicos y éticos que los reconozcan y protejan.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta que los derechos humanos existentes siguen siendo válidos y aplicables en el contexto tecnológico, y que no deben ser vulnerados o ignorados por el desarrollo o el uso de las nuevas tecnologías. 

 «los derechos humanos deben formar parte esencial de la gobernanza de la tecnología, y se debe promover una cooperación digital que respete y promueva los valores y principios que sustentan los derechos humanos»4.

Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres,

NEURODERECHOS Y DEMOCRACIA

Los neuroderechos y la democracia se encuentran, por tanto, en una relación de mutua influencia y dependencia, ya que ambos se nutren y se fortalecen entre sí. Por un lado, el neuroderecho necesita de la democracia para asegurar que las neurotecnologías se usen de manera responsable, ética y transparente, y que se respeten los derechos y libertades de las personas.

Por otro lado, la democracia necesita del neuroderecho para adaptarse a los cambios y desafíos que plantean las neurotecnologías, y para garantizar que éstas contribuyan al bienestar, al desarrollo y a la justicia social.

NEURORIGHTS INITIATIVE

La Universidad de Columbia es una de las instituciones líderes en el estudio y la promoción de los neuroderechos, a través de la plataforma NeuroRights Initiative, que reúne a una comunidad internacional de neurocientíficos, juristas, filósofos y activistas.

Esta plataforma busca desarrollar e incorporar los neuroderechos en tratados internacionales, legislaciones nacionales y regulaciones éticas, así como sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de proteger el cerebro y la mente humana.

Los neuroderechos se basan en el reconocimiento de que el cerebro es el órgano que sustenta la mente, y que la mente es el ámbito donde se desarrollan las capacidades y facultades que definen a la persona como tal. Por tanto, el cerebro y la mente son merecedores de una especial protección jurídica, que asegure el respeto a la autonomía, la integridad y la dignidad de la persona. 

DECLARACION DE LIBERTAS ANTE EL AVANCE DE LOS NEURODERECHOS

LIBERTAS organización civil por la defensa de la Libertad, la Democracia y la República, comprometidos con estos valores de la sociedad por la defensa jurídica, artística y social, comprometidos con la defensa y la promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales,

Declaramos

  • Reconocemos que el cerebro humano es el órgano que sustenta la mente, y que la mente es el ámbito donde se desarrollan las capacidades y facultades que definen a la persona como tal. Por tanto, el cerebro y la mente son merecedores de una especial protección jurídica, que asegure el respeto a la autonomía, la integridad y la dignidad de la persona.
  • Consideramos que las neurotecnologías, es decir, las tecnologías que pueden acceder, modificar o influir en el cerebro y la mente humana, plantean importantes desafíos y oportunidades para la sociedad, ya que pueden tener beneficios en ámbitos como la salud, la educación, la seguridad o la justicia, pero también pueden suponer riesgos o amenazas para la dignidad, la privacidad, la libertad, la igualdad o la identidad de las personas.
  • Propugnamos la generación y defensa  nuevos derechos humanos, los neuroderechos, que buscan garantizar que el uso de las neurotecnologías respete y promueva los valores y principios que sustentan los derechos humanos, y que se eviten los abusos o las violaciones que podrían derivarse de su aplicación indebida o malintencionada.
  • Adherimos a la clasificación  de neuroderechos extractada del artículo de Yuste et al. (2021):
    • El derecho a la identidad, o la capacidad de controlar nuestra integridad física y mental, y de preservar nuestra identidad personal y social frente a posibles cambios inducidos por las neurotecnologías.
    • El derecho a la agencia, o la libertad de pensamiento y el libre albedrío para elegir las propias acciones, sin interferencias o influencias externas que puedan coartar o condicionar nuestra voluntad.
    • El derecho a la privacidad mental, o la capacidad de mantener los pensamientos protegidos contra la divulgación, el acceso o el uso no autorizado por parte de terceros, ya sean individuos, empresas o gobiernos.
    • El derecho a un acceso justo al aumento mental, o la capacidad de garantizar que los beneficios de las mejoras en la capacidad sensorial y mental a través de la neurotecnología se distribuyan de manera justa en la población, evitando la creación de brechas o desigualdades sociales o económicas.
    • El derecho a la protección contra el sesgo algorítmico, o la capacidad de garantizar que las tecnologías no introduzcan prejuicios, discriminaciones o manipulaciones en la información o en los procesos cognitivos, y que se respeten los principios de transparencia, explicabilidad y responsabilidad.
  • Apoyamos la iniciativa de la plataforma NeuroRights Initiative, impulsada por la Universidad de Columbia, que busca desarrollar e incorporar los neuroderechos en tratados internacionales, legislaciones nacionales y regulaciones éticas, así como sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de proteger el cerebro y la mente humana.
  • Nos comprometemos a difundir y defender los neuroderechos como un nuevo espacio de los derechos humanos, y a colaborar con otras organizaciones e instituciones que compartan esta visión y esta misión.
  • Invitamos a la sociedad civil a unirse a este movimiento, y a contribuir con sus ideas, opiniones y propuestas a la construcción de un marco jurídico y ético que garantice el respeto y la promoción de los neuroderechos.

Montevideo, 28 de noviembre de 2023

LIBERTAS

Por la Libertad, la Democracia y la República

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