En 2024, el estado de la democracia a nivel global refleja una realidad compleja, marcada por avances significativos en algunas regiones y retrocesos preocupantes en otras. Tomando como referencia los valores fundamentales de la libertad, la democracia y la república, este análisis explora las tendencias principales y los desafíos actuales que enfrenta el modelo democrático en distintas partes del mundo.
La democracia, entendida como un sistema basado en la participación ciudadana, el respeto a los derechos fundamentales y el imperio de la ley, enfrenta hoy retos multifacéticos que van desde el resurgimiento de autoritarismos hasta crisis internas en democracias consolidadas. En muchas regiones, las instituciones democráticas están siendo puestas a prueba por factores como la polarización política, la desinformación y la desigualdad económica, que erosionan la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos.
A pesar de los desafíos, también se observan avances notables. Movimientos ciudadanos, elecciones competitivas y reformas institucionales en diversas partes del mundo demuestran la resiliencia de la democracia como modelo de gobernanza.
Este estudio busca ofrecer un análisis integral de las tendencias democráticas globales en 2024, destacando tanto las áreas de progreso como las preocupaciones que amenazan su sostenibilidad.
AMÉRICA LATINA
En 2024, América Latina vivió un año marcado por un intenso ciclo electoral que puso de manifiesto las diversas tendencias ideológicas y dinámicas políticas que atraviesan la región. Desde la reelección de líderes consolidados hasta cambios importantes en algunos gobiernos, los resultados reflejan una amalgama de continuidad, giro hacia nuevas corrientes políticas y fragmentación legislativa.
El Salvador: Continuidad autoritaria con apoyo popular
El presidente Nayib Bukele, del partido Nuevas Ideas, fue reelegido con un asombroso 84.6% de los votos, una cifra que consolidó su hegemonía política. Su partido también aseguró 54 de los 60 escaños en la Asamblea Legislativa, garantizando un control casi total sobre el aparato estatal. Bukele se ha destacado por implementar medidas drásticas en seguridad, como su polémica «guerra contra las pandillas», que ha reducido significativamente los índices de criminalidad, aunque a costa de serias acusaciones de violaciones a los derechos humanos.
Ideológicamente, Bukele representa un populismo autoritario que combina un discurso anticorrupción y un manejo de imagen basado en redes sociales. Su popularidad masiva ha generado debates sobre el debilitamiento de las instituciones democráticas y la concentración del poder.
Panamá: Giro hacia la derecha en un contexto de fragmentación
En Panamá, José Raúl Mulino, respaldado por el expresidente Ricardo Martinelli, obtuvo la victoria con el 34.2% de los votos. Este resultado marcó un cambio hacia la derecha, pero también reflejó un alto nivel de fragmentación política. La Asamblea Legislativa incluye una creciente proporción de candidatos independientes, lo que plantea desafíos para la implementación de políticas consistentes.
Mulino ha prometido enfocarse en el desarrollo económico y en combatir la corrupción, pero también enfrenta críticas debido a sus vínculos con Martinelli, quien ha estado involucrado en escándalos de corrupción. La gobernabilidad será un reto crucial para su administración.
República Dominicana: Reelección con enfoque en la estabilidad
El presidente Luis Abinader fue reelegido en primera vuelta con el 57.4% de los votos. Este resultado confirma el respaldo popular hacia su gestión, caracterizada por un manejo estable de la economía y un enfoque riguroso en la seguridad fronteriza con Haití. Sus oponentes principales, Leonel Fernández y Abel Martínez, quedaron rezagados con 28.8% y 10.4% respectivamente.
Abinader representa una centroderecha moderada, comprometida con la atracción de inversiones y la modernización de la infraestructura. Aunque su gestión ha sido elogiada por su pragmatismo, también enfrenta presiones para abordar la creciente desigualdad y las tensiones migratorias.
México: Consolidación de la izquierda progresista
Claudia Sheinbaum, del partido Morena, ganó las elecciones presidenciales con el 59% de los votos, asegurando la continuidad del proyecto político iniciado por Andrés Manuel López Obrador. Sheinbaum se convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia de México, un hecho histórico que reforzó la narrativa de inclusión y justicia social promovida por Morena.
El enfoque de Sheinbaum está centrado en la expansión de programas sociales, el fortalecimiento de la infraestructura energética nacional y el combate a la corrupción. A pesar de su victoria contundente, enfrenta críticas de la oposición sobre el debilitamiento de contrapesos democráticos y la centralización del poder.
Uruguay: El retorno del Frente Amplio
En Uruguay, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, logró la presidencia con el 49.8% de los votos, superando a Álvaro Delgado del Partido Nacional. Este triunfo marcó el regreso de la izquierda al poder tras cinco años de gestión del Partido Nacional. Orsi ha prometido un gobierno basado en el diálogo, el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la promoción de políticas sociales progresistas.
El Frente Amplio enfrenta un panorama legislativo dividido, lo que exigirá alianzas para aprobar reformas clave en áreas como educación, salud y transición energética.
Venezuela: Elecciones cuestionadas y continuidad del chavismo
En Venezuela, Nicolás Maduro fue reelegido en un proceso electoral ampliamente criticado por su falta de transparencia. La oposición y observadores internacionales denunciaron irregularidades, lo que cuestiona la legitimidad de los resultados. A pesar de ello, Maduro sigue consolidado en el poder, respaldado por una coalición de fuerzas armadas y sectores del Estado.
El chavismo mantiene su línea socialista autoritaria, con un enfoque en la resistencia frente a las sanciones internacionales y la promoción de alianzas con países afines como Rusia y China. La crisis económica y humanitaria sigue siendo un tema central.
Tendencias regionales: Un mosaico ideológico
El ciclo electoral de 2024 reveló una región dividida ideológicamente:
- Continuidad autoritaria: En El Salvador y Venezuela, los oficialismos consolidaron su poder con tendencias autoritarias, aunque en contextos muy distintos.
- Resurgimiento de la izquierda: Uruguay y México vieron la consolidación o el retorno de fuerzas progresistas, reflejando un enfoque en políticas sociales y redistribución.
- Derecha pragmática: En República Dominicana y Panamá, los triunfos de candidatos de derecha subrayan una preferencia por la estabilidad económica y la seguridad, aunque con diferentes grados de fragmentación política.
La diversidad de resultados refleja las complejidades de la región, donde factores locales, como el manejo de la economía, la seguridad y la integridad institucional, continúan siendo determinantes en la configuración del poder político. Este panorama también subraya los desafíos comunes de América Latina: desigualdad, corrupción y la necesidad de fortalecer la democracia.
EUROPA
En 2024, se puso en relieve las diversas tendencias ideológicas y dinámicas políticas que atraviesan el continente. Desde el fortalecimiento de partidos populistas hasta la consolidación de coaliciones centristas, los resultados reflejan una mezcla de continuidad, polarización y adaptación a los desafíos globales
Reino Unido: La lucha por la unidad nacional
En el Reino Unido, el Partido Laborista liderado por Keir Starmer obtuvo una victoria decisiva, recuperando el control del Parlamento con una amplia mayoría. Este resultado marcó un cambio significativo tras años de gobierno conservador y estancamiento en las negociaciones del Brexit. Starmer prometió reconstruir la economía, reforzar el sistema de salud y promover una política exterior más cooperativa con Europa.
Ideológicamente, el laborismo enfatiza una visión progresista, con un enfoque en la justicia social y la transición ecológica. Sin embargo, también enfrenta el reto de mantener la unidad frente a las demandas de independencia de Escocia y el resurgimiento de tensiones en Irlanda del Norte.
Francia: Continuidad y polarización
En Francia, el presidente Emmanuel Macron logró mantener el control de su partido, Renaissance, en la Asamblea Nacional, aunque con una mayor oposición por parte de la derecha populista liderada por Marine Le Pen y la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon. La abstención fue un factor determinante, reflejando el desencanto ciudadano con la clase política.
Macron busca continuar con reformas económicas y sociales, pero enfrenta un panorama político fragmentado que podría dificultar la implementación de su agenda. La polarización ideológica entre los extremos sigue siendo una preocupación central en el debate público.
Alemania: Estabilidad centrista en tiempos de cambio
Alemania reafirmó su compromiso con la estabilidad bajo el liderazgo del canciller Olaf Scholz, del SPD, quien logró consolidar una coalición con Los Verdes y el FDP. Las elecciones estatales reflejaron el apoyo a esta alianza centrista, aunque también mostraron el crecimiento de la extrema derecha representada por Alternativa para Alemania (AfD), especialmente en el este del país.
La agenda de Scholz está centrada en la transición energética, el fortalecimiento de la economía y el liderazgo europeo frente a los desafíos globales, como la guerra en Ucrania. La coalición enfrenta retos significativos para equilibrar prioridades ecológicas y económicas en un contexto de inflación y crisis energética.
Italia: Resurgimiento de la derecha nacionalista
En Italia, Giorgia Meloni consolidó su liderazgo al frente del gobierno como primera ministra, representando a Fratelli d’Italia. Su partido obtuvo victorias significativas en elecciones locales y regionales, fortaleciendo su influencia. Meloni ha promovido un discurso nacionalista y euroescéptico, combinado con políticas conservadoras en temas sociales y migratorios.
La oposición, liderada por el Partido Democrático, enfrenta dificultades para unificar un bloque coherente contra la derecha, mientras que el Movimiento 5 Estrellas intenta recuperar relevancia con propuestas populistas progresistas. Italia se encuentra en un delicado equilibrio entre sus compromisos europeos y una política interna polarizada.
España: Fragmentación y negociaciones complicadas
En España, las elecciones generales resultaron en un Parlamento altamente fragmentado, con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez logrando formar una coalición frágil con Unidas Podemos y partidos regionales. Mientras tanto, el Partido Popular (PP) y Vox fortalecieron su presencia en la oposición.
El gobierno de coalición enfrenta el desafío de mantener la estabilidad mientras impulsa reformas sociales y económicas en un contexto de tensiones territoriales y polarización política. La influencia de los partidos nacionalistas y regionales sigue siendo crucial para la gobernabilidad.
Polonia: Un cambio hacia la moderación
En Polonia, las elecciones parlamentarias marcaron el fin de la era del partido Ley y Justicia (PiS), que fue reemplazado por una coalición centrista liderada por Plataforma Cívica y otros partidos de la oposición. Este cambio reflejó un rechazo popular a las políticas autoritarias y conservadoras del PiS, así como un deseo de mejorar las relaciones con la Unión Europea.
La nueva coalición busca fortalecer el estado de derecho, restaurar la independencia judicial y promover una política exterior más alineada con los valores europeos. Sin embargo, enfrenta retos significativos en la implementación de reformas profundas tras años de gobierno conservador.
Tendencias regionales: Polarización y adaptación
El ciclo electoral de 2024 en Europa mostró un continente dividido entre tendencias de polarización y movimientos hacia la moderación:
- Resurgimiento populista: En Italia y algunos estados de Alemania, los partidos populistas y euroescépticos ganaron terreno, reflejando preocupaciones sobre migración y economía.
- Moderación y estabilidad: Países como Alemania y Polonia optaron por coaliciones centristas, subrayando la importancia de la cooperación y el multilateralismo.
- Fragmentación y negociaciones: En Francia y España, la fragmentación política complicó la formación de gobiernos funcionales, destacando los retos de gobernabilidad.
El panorama electoral de Europa en 2024 reflejó tanto los retos comunes como las respuestas divergentes a los cambios globales. Desde la polarización hasta los esfuerzos por fortalecer la cooperación, el continente sigue siendo un laboratorio de experimentación política y adaptación ideológica.
ASIA
En 2024, Asia reflejó la diversidad ideológica y los retos geopolíticos del continente. Desde transiciones democráticas hasta el fortalecimiento de regímenes autoritarios, los resultados mostraron un panorama complejo y dinámico
India: Consolidación del nacionalismo hindú
En India, el primer ministro Narendra Modi aseguró una tercera victoria consecutiva con el Bharatiya Janata Party (BJP), consolidando su dominio en el panorama político del país. Las elecciones generales fueron un reflejo del apoyo masivo a su liderazgo, basado en un discurso de desarrollo económico y nacionalismo hindú.
Modi ha promovido reformas estructurales y una postura firme en temas de seguridad nacional. Sin embargo, su gobierno también ha enfrentado críticas por el manejo de la diversidad religiosa y las libertades democráticas. El BJP consolidó su presencia en parlamentos estatales clave, lo que refuerza su capacidad de implementar su agenda política.
Japón: Estabilidad y continuismo
En Japón, el Partido Liberal Democrático (PLD), liderado por el primer ministro Fumio Kishida, mantuvo su hegemonía en las elecciones generales. El PLD logró retener su mayoría en la Dieta, asegurando estabilidad en un contexto de crecientes tensiones regionales.
La agenda de Kishida está centrada en fortalecer la defensa nacional, diversificar las cadenas de suministro y promover una economía verde. Aunque su liderazgo ha sido considerado pragmático, enfrenta el desafío de revitalizar una economía afectada por la inflación y el envejecimiento de la población.
Corea del Sur: Crisis política y nueva dirección
Corea del Sur vivió un año turbulento con la destitución del presidente Yoon Suk-yeol tras declarar la ley marcial en medio de protestas masivas. Las elecciones presidenciales anticipadas llevaron al poder a Kim Jin-pyo, un centrista que prometió restaurar la estabilidad y la confianza en las instituciones democráticas.
El nuevo gobierno enfrenta el desafío de abordar la polarización política y revitalizar la economía, mientras mantiene una postura firme frente a Corea del Norte. Las tensiones con China y Estados Unidos también figuran como prioridades en su política exterior.
China: Autoritarismo consolidado
En China, el Partido Comunista, liderado por Xi Jinping, continuó fortaleciendo su control sobre todos los aspectos de la vida política y económica. Aunque no hubo elecciones directas, el partido celebró su Congreso Nacional, reafirmando el liderazgo de Xi y estableciendo planes para fortalecer la autosuficiencia tecnológica y ampliar su influencia global.
La represión de movimientos disidentes y el control sobre Hong Kong y Taiwán han intensificado las críticas internacionales. Sin embargo, la estabilidad económica y el crecimiento sostenido siguen siendo pilares de la legitimidad del gobierno.
Pakistán: Transición y tensiones democráticas
En Pakistán, las elecciones generales marcaron un momento crucial tras la caída del gobierno de Imran Khan. El Partido de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) regresó al poder bajo el liderazgo de Shehbaz Sharif, quien prometió abordar la crisis económica y mejorar las relaciones internacionales.
La polarización política y las tensiones con el ejército siguen siendo desafíos importantes. El nuevo gobierno también enfrenta presiones para implementar reformas estructurales y combatir la corrupción generalizada.
Filipinas: Continuidad dinástica
En Filipinas, las elecciones locales consolidaron el poder de la dinastía Marcos-Duterte, con Ferdinand Marcos Jr. manteniendo su influencia en la política nacional. Aunque no hubo elecciones presidenciales, las votaciones municipales y regionales fortalecieron a los aliados del gobierno actual.
El país enfrenta retos como la creciente deuda pública, la violencia política y el impacto del cambio climático, que sigue afectando gravemente a las comunidades más vulnerables.
El ciclo político de 2024 en Asia reflejó una marcada diversidad:
- Autoritarismo fortalecido: En China y Filipinas, los regímenes consolidaron su poder, priorizando la estabilidad sobre las libertades democráticas.
- Democracias desafiadas: India y Pakistán mostraron el impacto de la polarización y los retos para mantener sistemas democráticos funcionales.
- Estabilidad pragmática: Japón y Corea del Sur buscaron equilibrar las tensiones internas y externas con enfoques pragmáticos y centristas.
Asia sigue siendo un continente de contrastes, donde las trayectorias políticas reflejan tanto las particularidades nacionales como las presiones globales. Desde la consolidación de líderes autoritarios hasta las transiciones democráticas, la región continúa definiendo su futuro en un mundo cada vez más interconectado.
ÁFRICA
El panorama democrático en África en 2024 se presenta como una mezcla de avances significativos y retrocesos preocupantes. La diversidad de situaciones políticas en el continente subraya los retos y logros de la democracia en un contexto de crecientes demandas ciudadanas y presiones globales.
Países con avances democráticos
- Sudáfrica: La democracia más consolidada de la región celebró elecciones generales que reafirmaron el compromiso con procesos transparentes y competitivos. A pesar de los problemas de corrupción y desigualdad, Sudáfrica sigue siendo un ejemplo de transición democrática exitosa y estabilidad institucional.
- Ghana: Considerado uno de los modelos democráticos de África occidental, Ghana continúa celebrando elecciones libres y justas. Su sociedad civil activa y un sistema judicial relativamente independiente han contribuido a fortalecer la confianza en las instituciones democráticas.
- Botsuana: Este país sigue destacándose por su estabilidad política y respeto por el estado de derecho. Las elecciones recientes reafirmaron la tradición de transiciones pacíficas de poder y la transparencia gubernamental.
Países en retroceso democrático
- Sudán: Tras el golpe de Estado de 2021, el país continúa enfrentando una transición política frágil. Los esfuerzos para restaurar un gobierno civil han sido obstaculizados por conflictos armados y una crisis humanitaria creciente.
- Malí: El gobierno militar instalado tras el golpe de 2020 sigue retrasando la transición hacia elecciones democráticas. La presencia de grupos armados y la intervención de potencias extranjeras complican aún más el panorama.
- Etiopía: La guerra civil en la región de Tigray ha debilitado gravemente las instituciones democráticas. Aunque se han alcanzado acuerdos de paz preliminares, el camino hacia la reconciliación y la gobernanza inclusiva sigue siendo incierto.
Tendencias regionales
- Creciente participación ciudadana: En muchos países, los movimientos de la sociedad civil y las protestas populares han jugado un papel clave en exigir mayor transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos.
- Intervenciones militares y golpes de Estado: La recurrencia de golpes militares en países como Sudán y Malí resalta los desafíos para la consolidación democrática en la región.
- Influencia extranjera: Tanto potencias occidentales como China y Rusia están involucradas en la región, lo que afecta las dinámicas internas de muchos países. Mientras que algunos gobiernos reciben apoyo para fortalecer sus democracias, otros son respaldados a pesar de sus tendencias autoritarias.
- Cambio climático y crisis humanitaria: La desertificación, el acceso limitado a recursos y las crisis migratorias han exacerbado los retos democráticos, debilitando la capacidad de los gobiernos para responder a las demandas ciudadanas.
El futuro de la democracia en África dependerá en gran medida de la capacidad de sus líderes para abordar los problemas estructurales de corrupción, desigualdad y violencia. Al mismo tiempo, la movilización ciudadana y el fortalecimiento de las instituciones regionales, como la Unión Africana, serán esenciales para garantizar transiciones democráticas sostenibles.
En conclusión, aunque África enfrenta importantes desafíos democráticos, también presenta ejemplos inspiradores de resiliencia y progreso que destacan el potencial del continente para avanzar hacia un futuro más equitativo y participativo.
OCEANIA
En 2024, Oceanía también experimentó cambios y continuidades en su panorama político, con elecciones generales y eventos políticos significativos en países clave como Australia, Nueva Zelanda y algunas naciones insulares. El perfil de la región es con marcada tendencia a las políticas ligadas a la ecología.
Australia: Continuidad y acción climática
En Australia, el primer ministro Anthony Albanese y su Partido Laborista lograron mantener el poder tras las elecciones generales, reafirmando su mandato con una mayoría ajustada en la Cámara de Representantes. Su liderazgo se ha centrado en políticas progresistas, con énfasis en la transición energética y la acción climática.
El gobierno de Albanese ha priorizado la descarbonización de la economía, así como el fortalecimiento de las relaciones con sus aliados en el Indo-Pacífico, en particular Estados Unidos y Japón, para contrarrestar la influencia de China en la región. Sin embargo, también enfrenta críticas de la oposición por el aumento del costo de vida y los retos en la infraestructura nacional.
Nueva Zelanda: Un cambio hacia la derecha
Nueva Zelanda vio un cambio significativo en su liderazgo político con la victoria del Partido Nacional, liderado por Christopher Luxon, quien se convirtió en el nuevo primer ministro. Este cambio marcó el fin de un periodo prolongado de gobierno laborista bajo Jacinda Ardern y su sucesor, Chris Hipkins.
El Partido Nacional hizo campaña sobre la promesa de revitalizar la economía, reducir los impuestos y abordar la crisis de vivienda. Aunque Luxon ha enfatizado una política económica conservadora, también enfrenta el reto de equilibrar las demandas de los aliados maoríes y las presiones por mantener un enfoque sostenible en políticas medioambientales.
Naciones insulares: Resiliencia ante el cambio climático
En las naciones insulares del Pacífico, como Fiyi, Samoa y Tuvalu, el enfoque principal estuvo en la lucha contra los efectos del cambio climático, que representa una amenaza existencial para estas comunidades. Las elecciones en algunos de estos países reafirmaron el liderazgo de coaliciones centradas en la adaptación climática y la cooperación internacional.
En Fiyi, el primer ministro Sitiveni Rabuka continuó consolidando su gobierno tras un periodo de transición política en 2022. Su enfoque ha estado en fortalecer las alianzas regionales y garantizar que la voz de las naciones insulares sea escuchada en foros globales como la COP.
Tendencias regionales: Prioridad al cambio climático y la seguridad regional
El ciclo político en Oceanía en 2024 mostró dos tendencias principales:
- Acción climática como prioridad: Tanto en Australia como en las naciones insulares, la mitigación y adaptación al cambio climático se mantuvieron en el centro del debate político.
- Equilibrio de poderes en el Indo-Pacífico: La región sigue desempeñando un papel clave en la competencia geopolítica entre China y los aliados occidentales. Las políticas externas de Australia y Nueva Zelanda reflejan este equilibrio delicado.
Oceanía continúa destacándose como una región que combina liderazgo en acción climática con los retos de seguridad y desarrollo en un mundo cada vez más interconectado.
CUADRO COMPARATIVO INTERREGIONAL
| Región | Principales Temas Políticos | Tendencias Ideológicas |
| América Latina | – Continuidad autoritaria en países como El Salvador y Venezuela. – Resurgimiento de la izquierda en Uruguay y México. – Fragmentación legislativa en Panamá y República Dominicana. | – Polarización ideológica marcada. – Populismo en ascenso (El Salvador). – Retorno de la izquierda progresista (Uruguay, México). |
| Europa | – Crecimiento de partidos populistas en Italia y Alemania. – Coaliciones centristas en Alemania y Polonia. – Fragmentación política en España y Francia. | – Polarización creciente (Francia, Italia). – Moderación y cooperación multilateral (Alemania, Polonia). |
| Asia | – Consolidación del autoritarismo en China. – Transiciones democráticas en India y Pakistán. – Cambios de liderazgo en Corea del Sur. | – Autoritarismo fortalecido (China). – Equilibrio pragmático en Japón y Corea del Sur. – Democracias desafiadas (India, Pakistán). |
| Oceanía | – Acción climática como prioridad en Australia y las naciones insulares. – Cambio hacia la derecha en Nueva Zelanda. – Seguridad regional frente a China. | – Liderazgo progresista en acción climática (Australia). – Conservadurismo económico (Nueva Zelanda). |
| África | – Avances democráticos en Sudáfrica, Ghana y Botswana. – Retrocesos democráticos en Sudán, Malí y Etiopía. – Influencia extranjera y desafíos climáticos. | – Resiliencia democrática en países consolidados. – Retrocesos por golpes de Estado y conflictos internos. – Polarización regional. |
Análisis de los valores de Libertad, República y Democracia a nivel global
En 2024, el estado de la democracia a nivel global refleja una realidad compleja, marcada por avances significativos en algunas regiones y retrocesos preocupantes en otras. Tomando como referencia los valores fundamentales de la libertad, la democracia y la república, este análisis explora las tendencias principales y los desafíos actuales que enfrenta el modelo democrático en distintas partes del mundo.
América Latina: Polarización y resiliencia democrática
En América Latina, la democracia sigue siendo un sistema político dominante, pero enfrenta tensiones significativas. Países como Uruguay y México han reafirmado su compromiso con elecciones libres y justas, mientras que otros, como El Salvador y Venezuela, han mostrado retrocesos autoritarios preocupantes.
La polarización ideológica y los altos niveles de desigualdad continúan debilitando las instituciones democráticas en la región. Sin embargo, el compromiso ciudadano y las elecciones competitivas en muchos países son un recordatorio de la resiliencia democrática de la región.
Europa: Fragmentación y renovación
Europa presenta un panorama mixto. Mientras que países como Alemania y Polonia han logrado fortalecer sus democracias a través de coaliciones centristas y reformas prágmaticas, otros, como Hungría e Italia, enfrentan un retroceso democrático debido al auge de partidos populistas y euroescépticos.
El respeto por la libertad de expresión y el estado de derecho sigue siendo un baluarte en gran parte de Europa, pero la fragmentación política y el aumento del descontento ciudadano representan desafíos importantes para la estabilidad democrática.
Asia: Contrastes profundos
En Asia, las democracias como India y Japón han mostrado su capacidad para llevar a cabo transiciones políticas pacíficas y mantener elecciones competitivas. Sin embargo, también se observa un fortalecimiento del autoritarismo en países como China y Myanmar.
La región enfrenta retos relacionados con la polarización religiosa, el nacionalismo extremo y la represión de las libertades civiles. A pesar de ello, movimientos pro-democracia en lugares como Hong Kong y el compromiso ciudadano en países democráticos ofrecen esperanza para el futuro.
Oceanía: Democracias maduras y resilientes
En Oceanía, países como Australia y Nueva Zelanda continúan siendo ejemplos de democracias maduras, con sistemas electorales robustos y un respeto profundo por las libertades individuales. Las naciones insulares del Pacífico, aunque más vulnerables, también demuestran un compromiso con los valores democráticos, especialmente en su lucha colectiva contra el cambio climático.
El enfoque en el cambio climático como prioridad política también refleja un modelo de democracia que responde a las necesidades específicas de sus ciudadanos y promueve la cooperación regional.
América del Norte: Democracias consolidadas con retos internos
En Estados Unidos y Canadá, las democracias siguen siendo fuertes, pero enfrentan presiones internas significativas. En Estados Unidos, las divisiones políticas y el cuestionamiento de los procesos electorales han planteado interrogantes sobre la confianza en las instituciones. En Canadá, el reto principal es mantener la unidad en un contexto de creciente diversidad y demandas regionales.
A pesar de los desafíos, ambos países continúan siendo referentes en la defensa de las libertades individuales y el pluralismo político.
África: Progresos y retrocesos
En África, el panorama democrático es variado. Países como Sudáfrica y Ghana han mantenido sistemas democráticos relativamente estables, mientras que otros, como Sudán y Malí, han experimentado golpes de estado y conflictos internos que amenazan la gobernanza democrática.
La participación ciudadana y los movimientos de la sociedad civil son factores clave para el avance democrático en la región, a pesar de los persistentes desafíos relacionados con la corrupción y la gobernanza.
Tendencias globales: Desafíos compartidos
A nivel global, la democracia enfrenta varios desafíos comunes:
- Polarización política: Un fenómeno creciente que erosiona la confianza en las instituciones y dificulta la gobernabilidad.
- Retrocesos autoritarios: El fortalecimiento de regímenes autoritarios en varias regiones plantea una amenaza directa a los valores democráticos.
- Crisis de confianza: La desinformación y la corrupción han socavado la fe pública en los sistemas democráticos.
- Participación ciudadana: A pesar de los retos, el compromiso de los ciudadanos con la democracia sigue siendo una fuente de esperanza y renovación.
La democracia sigue siendo un sistema valioso y resiliente, pero su sostenibilidad depende de la capacidad de los países para abordar los retos internos y externos mientras defienden los principios fundamentales de libertad, democracia y república.

Declaración de LIBERTAS en Defensa de la Democracia
Comprometidos con los valores universales de libertad, democracia y república, manifestamos nuestra profunda preocupación por las crecientes amenazas que enfrentan los sistemas democráticos en diversas regiones del planeta. Reconocemos que la democracia no es solo un sistema de gobierno, sino un compromiso continuo con la participación ciudadana, la justicia y el respeto por los derechos humanos. Ante los retrocesos autoritarios, las crisis de confianza y los desafíos globales, declaramos lo siguiente:
- Defensa inquebrantable de la libertad y los derechos humanos: La democracia solo puede prosperar en un entorno donde la libertad de expresión, asociación y pensamiento esté garantizada. Denunciamos la represión de voces disidentes y las restricciones a la prensa libre en cualquier parte del mundo.
- Compromiso con elecciones libres y justas: Instamos a todas las naciones a garantizar procesos electorales transparentes y competitivos que reflejen verdaderamente la voluntad del pueblo. La manipulación electoral y los fraudes son ataques directos a los principios democráticos.
- Solidaridad con los pueblos en lucha por la democracia: Expresamos nuestro apoyo a los ciudadanos que enfrentan regímenes autoritarios, golpes de Estado o intervenciones militares. Su valentía y resistencia son un testimonio del poder del espíritu democrático.
- Rechazo al autoritarismo y a los retrocesos democráticos: Condenamos el aumento del autoritarismo en regiones como África, Asia y América Latina. Los golpes de Estado, las restricciones a la participación política y la concentración de poder son contrarios a los principios de gobernanza responsable.
- Promoción de la cooperación global para la democracia: Hacemos un llamado a las naciones democráticas y a las instituciones internacionales para que trabajen juntas en la defensa de los valores democráticos. La cooperación debe incluir apoyo económico, educación cívica y fortalecimiento institucional.
- Atención a los desafíos emergentes: Reconocemos que el cambio climático, la desinformación y la desigualdad son factores que amenazan la estabilidad democrática. Abordar estas crisis globales es esencial para preservar la confianza pública y la gobernanza inclusiva.
Hacemos un llamado a los gobiernos, organizaciones internacionales, líderes de opinión y ciudadanos del mundo para que se unan en la defensa de la democracia. Este es un momento crítico que requiere acción decidida y colaborativa. La historia nos enseña que la democracia no es un regalo, sino una conquista que debe ser defendida constantemente.
Renovamos nuestro compromiso con los ideales de libertad, democracia y república. Juntos, podemos enfrentar los desafíos actuales y asegurar que la democracia siga siendo de la sociedad y el desarrollo humano para todas las generaciones.
