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En nuestro último análisis de situación hablamos de la necesidad de contar con un PLAN SUSTENTABLE avalado por las principales fuerzas políticas de la oposición que responda a una VISIÓN de ARGENTINA a futuro y a valores innegociables.

Este Plan debería verse reflejado finalmente en los presupuestos, los números duros de una esperada viabilidad económica y financiera sin la cual no resulta posible ninguna mejora en términos sociales y ambientales.

Me refiero a la oposición porque está claro que el oficialismo va por un camino totalmente distinto, como se ve reflejado en los artículos de opinión que preceden al presente y que ponen el foco en la novedad de los últimos días, el ataque a la propiedad privada, sumado a los desatinos habituales en materia económica.

El Estado, regulando, controlando, enseñándole a los ciudadanos y empresas que deben hacer para alcanzar el bienestar y la felicidad está más presente que nunca.

Ahora van por la estatización de la salud y tienen intenciones de avanzar con la hidrovía.

Más cajas, más fondos para la política

Los impuestos a la riqueza y los bienes personales son otro ataque a la propiedad privada, aunque se encuentren avalados por una ley.

Volviendo al tema inicial, hablamos de la necesidad de un ESTADO EFICIENTE y del DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD PRIVADA como ejes del Plan.

Va a ser muy complicado lograrlo en esta etapa si los propios legisladores se otorgan incrementos salariales del 40% y en base a eso los gremios ya acuerdan aumentos por encima de esos valores y con revisiones en el último trimestre.

En realidad  el índice del 29% previsto en el presupuesto quedó desactualizado en el mismo momento de la aprobación del mismo. El argumento que sustenta el pedido de aumentos es que con eso los salarios superarán a la inflación, se incrementará el consumo y la actividad económica.

La historia nos demuestra que la inflación siempre supera a los salarios ya que lo que reciben los trabajadores son papeles de colores sin respaldo que se devalúan día a día y nadie los quiere como reserva de valor

El único incremento de salarios real que vale es por incremento de productividad y eso no es precisamente lo que se observa en el ESTADO y en la mayoría de las empresas, jaqueadas por los protocolos y por las limitaciones de horarios de trabajo  con la consecuente caída de los ingresos.

Esta realidad preocupa, y si observamos lo que está sucediendo en buena parte de los países de nuestra región creo que resulta imperioso adoptar   un cambio de rumbo con el sostenimiento de las libertades individuales y los valores  republicanos y democráticos.

En muchos casos lo único que está quedando de los valores democráticos es el voto, condición necesaria pero no suficiente. Son votos comprados por políticas de asistencialismo que hacen a los ciudadanos rehenes de los gobiernos de turno

Cuando consiguen la suficiente masa crítica de gente humilde van por las instituciones, la oposición y los medios. Se genera un único relato y, en muchos casos, un partido único lo que transforma las democracias en autocracias.

Sin dudas hoy el Gobierno está mucho más cerca del eje Venezuela, Nicaragua, Cuba, China, Rusia, Irán que de aquél que conforman los países desarrollados republicanos y democráticos.

A esta altura me preocupa escuchar frases del estilo “nosotros no somos Venezuela”.

Creo que, por desgracia, nos estamos acostumbrando a naturalizar situaciones que hasta hace poco tiempo atrás resultaban impensadas

El común denominador de las políticas del actual gobierno es la constante búsqueda de enemigos, el sistema financiero contra los trabajadores (seguimos combatiendo el capital), el mundo desarrollado que asfixia a los países pobres o en vías de desarrollo.

Siempre la culpa es del otro, por lo general, de aquél que con trabajo y esfuerzo logró progresar

Por cierto muchos de nosotros somos nietos de quienes vinieron en barcos a fines del siglo XIX y comienzos del XX, pero no lo hicieron desde la opulencia sino huyendo de una Europa que no les brindaba oportunidades.

Hicieron aquí lo que sabían, trabajar, y esa es la cultura que nos dejaron. Fueron parte de una Argentina que nos permitió capacitarnos para poder insertarnos en el mercado laboral. Lentamente se fueron degradando estos valores dando lugar a una decadencia que parece no tener fin

Cada paso adelante que se intenta nos encuentra en poco tiempo retrocediendo mucho más, alejándonos permanentemente de ese deseado estado de bienestar general.

La política tiene la palabra para cambiar el rumbo.

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